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otra
vez
a un
largo abandono hasta
que
final-
1nente
apareció e l últitno caudillo que bajo
el título de 'fopa
Yupauqui, ll egó a dominar
aquella región ,
cuyo descend ienteAtahuallpa,
f ué e l n1alogrado soberano
al
que rasaron
por
el garrote
los
españoles
después de haberse
apoderado del oro que como
rescate
aportó
y
con el que
pretendía
salvar su vida.
LaR is
las del 1"'iticaca
especiahnen te
las-
del
Sol
y
de l a Luna (Titicaca
y
Coa ti)
han
sitlo
h abi tadas por notables jefes, diremos
tribus,
n1ucho
antes de
la época
del
Inca Manco
Oa–
pac.· Abajo .de los edificios rle este período se
h alla por rlecir
así,
otra capa de cultura
en
la
cual se notan las
típicas construcciones en
p iedra engastada o
Bea
las
que hemos llamado
es tilo cuzqueño. (15)
Esto es una prueba irrefutable de que
las construcciones del Cuzco no fueron hechas
por las dos últiinas dinastías
incaicas~
sino
que fueron inuy anteriores
y
qu~
aquellos han
us urpado
esos
inonumentos, así como lo han
(15) Hay una vaga tradición de que antiguamente, mtt·
cho antes de los Incas, dominaron gentes bat·budas en las is–
las y que fueron ex t erminadas por los habitantes de las ori–
llas. Quizás pudieron ser estos los autores de las obras en
.estilo cuzqueño .
En una excavación que hemos practicado algunos años
ha,
fué
encontrada una cabecita ?umana barbuda la que ac–
tualmente se halla en una colecci6n arqueológica obsequiada
por el autor en el año 1913 al museo etnográfico de Munich
(Baviera, Alemania).