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dudabl,emente en el mito del Inca Viracocha
(Huirakjocha) se traneparenta algo extraor–
dinario, probablemente la aparición de un
eie1nento de fuera, quizás el arribo de nave–
gantes o de náufragos, que por su rnayor sa·
bid uría europea o asiática se impusieron. Sa–
bido es q ae no f ué Colón el prilner europeo
que holló el continente. (5).
Un
buen núme–
ro de ellos figura en la historia;
e1n
pero, mu–
chísimos rnás de los que llegaron al supues·
to Ofir
y
legendario Dorado, buscado n1uchos
siglos antes de Colón, que arribaron sal vos
y
sanos como también de náufragos
y
que
por diferentes motivos
no podían
volver .
a sus puntos de origen no están ·determi–
nados en ella. Es por eso que no es dable
suponer necesario el buscar muy lejos eti–
mologías de la palabra Viracocha o en ayma–
ra Huirakjocha, (6) palabra que en ambos
idiotnae significa
''Grasa del Lago".
(Al mar
también le llamaban lago). El Inka Virakjo–
cha sin '1uda era "uno de fuera'' que quizás
llevó
secuaces consigo; puede haber sido
mongol o también europeo.
La prueba más
)5) Véase el trabajo del notable americanista Aníbal
Echeverría
y
Reyes " Precursores de Col6n'', publicado en las
"Memorias del XIX Cong. Intern. de los Americanistas (II
Asamblea en La Paz, Bolivia, 1914).
(6) En los historiadores hallamos además Con-tici-Vira–
cocha
y
otros más, por los cuales hay una multitud de etimo–
logías propuestas últimamente.