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ideográfico artístico, el de Tihnanacn, se pue–
de eneontrar, alterado sí por la influencia re–
gional
y
tanto,
inás al
norte, tocio lo cual po–
den1os decir pasó
tan1
biéu hacia el sur hasta
la parte que
hoy
constituye Chile
y
el norte ar·
gentino. Lo expuesto se desprende
y
se docu–
menta tanto por los non1bres de lngare , ríos,
rnontañas, co1no por
lps
objetos
de
arte
y
<le
uso diario encontrados en los sitios de
cultu·
ras
prehistóricas, c
uau to por n na rn u lti. tud
de otros coeficientes antropológicos,
arqueo–
lógicos, etnográficos, lingüísticos
y
fe
lklóri –
cos.
.Es
natural que eI.t
los
principales
cen·
tros político-religiosos, co1no Tihuauacu,
Cnz·
co, Pachacan1a
y
rnuchns otros, donde
ll~gó
sucesivarnente
a un
considerablA
an ge
aqu~Ha cultura au.dina, es que hallarnos los
inás
preciosos
n1onun1entos,
cerámicas, ideográfías
y
otras
n1anifestaciones de una adelanta–
dísima cultura
y
sistema social casi perfectos
y
que fueron atribuidos a los Incas del
tiern–
po <le Pizarro, aquellos que usurparon
y
di–
jeron
ser
suyos ante los
castellanos
las anti–
guas glorias, tradieión
y
rnonumentos.
Los collas tenían
cotno
culto principal
el de los astros en el cual la adoración del
Sol
y
de la Lnna era lo
principal,
lo que se
evidencia por
las
ideografías sobre las cerá–
micas
y
especialmente por los tallados en la
puert::i. del sol de Tihuanacu
y
otras.
Los rnandatarios de los collas eran el
Huillka
y
los
Maykus(Mallcos)
probablen1eu-