RELIGION Y COSTUMBRES
El hijo de las montañas de Jujuy, tiene
en la sangre el cansancio de la puna,
y
parece no sentir mas necesidades que las
de la vida animal; sin embargo, es por
naturaleza sensible
y
bueno, aún cuando
en un principio se muestra desconfiado,
por que la pretendida civilización, ha apro–
vechado mucho de su ignorancia, redu–
ciéndolo a arrastrar una existencia de
miseria, entre las cumbres a donde la
gente que calza zapato de charol
y
guan–
te blanco, no se atreve a llegar, porque
teme a las molestias del largo
y
acciden–
t ado viaje.
Yo he vivido muchas horas entre aque–
llos hombres,
y
he compartido sus alegrías
y
sus pesares, admirando su grandeza de
corazón, traducida en una sonrisa tan in–
fantil
y
tan inteligente a la vez, que pa-