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terés en conocer.
Per~ódicamente
improvisa caravanas
carnavalescas que precedidas de un mú–
sico, marchan leguas
y
leguas transpor–
tando en andas una pequeña imagen de
madera - por lo general ridículamf'nte
tallada - adornada con cintas
y
papeles
de toda calidad
y
de colores vivísirri'os)
La extraña procesión se detiene de tre–
cho en trecho, para turnarse los portado–
r es de la preciosa carga
y,
con este moti–
vo, después de algunas invocaciones a la
Pacha Mama, cantan, bailan
y
beben
ha~ta la embriaguez.
Así contil'}úa hasta el pueblo proximo,
en donde, después de quemar algunas grue–
sas de cohetes, penetran en el templo pa–
ra asistir a una improvisada
y
breve hrn·
ción religiosa.
Cansados por el largo viaje que ha
1fa–
rado un par de días
y,
vencidos por el
al–
cohol
y
el abuso de la coca, duermen ten–
didos en las aceras o en el atrio de la
iglesia, para emprender el regreso a1
gi..