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Í24
én
forma desmedida, situación que apro–
vecha esa especie de trust de comercian–
tes sin escrúpulos, que convierten su ne–
gocio en un agiotismo irritante, que la
ignorancia del indio tolera
y
hasta fomen–
ta, por que el abuso del alcohol
y
de la
coca, vicio que embota lentamente los sen–
tidos, solo ha respetado en el hombre de
la sierra, la tradicional credulidad, s u in–
nata buena
f
é.
_ Allá por los años de 1903 a 1904, una
comandita de aventureros, formó una des–
graciada empresa, con capitales extran–
jeros
y
argentinos, para explotar el pre–
cioso metal de las arenas de un río de la
vecina República del Norte. Se colocaron
en la Bolsa bonaerense millares de accio–
nes que, pronto se valorizaron h asta tri–
plicar su valor escrito, tomándose ese ne–
gocio como una especulación bursátil, en
la que se perdieron algunos capitales ar–
gentinos, por la rápida depreciación de
esos títulos una vez descubierta la verda–
dera faz del negocio.