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ün millón de pesos. Formaron el primiti–
vo capital de las compañías por acciones,
algunos millares de pesos en efectivo apor–
tados en el comienzo de la explotación de
la mina, sumas que han ido creciendo rá–
pidamente en razón de las utilidades ; y
hoy, nuevas cantidades de dinero, agrega-.
das a una buena parte de las cuantiosas
ganancias, han proporcionado algunas ma–
quinarias
y
se han adquirido nuevas tie–
rras ; pero eso sí, casi todas o por lo me–
nos en mucho mas de la mitad, las accio–
nes pertenecen a firmas comerciales ex–
tranjeras.
El tráfico de cargas del Ferrocarril
Central Norte, puede indicarnos la impor–
tancia de esa zona minera que solo traba–
ja durante la mitad de cada año;
y
si la
instalación que se impone para la reduc–
ción del mineral, se lleva a cabo en las mis–
mas salinas, podrá centuplicarse la pro–
ducción, llegándose al mayor aprovecha–
miento de la riqueza.
Dejemos nuestra decidia una vez por