DE LAS T.lcNGUA8 AMERICANAS trn P;\R'l'lCULAH
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Ger. de ablativo :
Q1ti/.letelc inmnnistct,
queriendo (plural).
Participio pasivo:
Quillctek eltichan,
lo que es querido.
Anterioridad:
Na q1tilletelc-mati,
antes de querer.
Causales :
Cu q1tilletek ya amta,
porque quiero ó quise.
Como se ve
(quillet
= quiero) es el radical invariable, inflexi–
ble, del verbo en torno del cua.l gira toda la conjugación. No es
posible concebir qLte de esta raíz árida, brote la flor del infinito,
con el germen de la idea _a,bstracta ele la existencia. El padre
Valclivia, que multiplica lo:;; infinitos verbales en el vocabulario,
supone que
qitilletelc-ycin,
equivale
ií,
querer en su acepción
abstracta; ¡iei·o agrega: « Y el querer es también nombre ».
Aquí se 1re cómo
la
palabra compuesta, representa tan sólo una.
acción refleja,
liga.daá una noción individual, pues
ya;n
(que su–
ponemos sea
ymn,
6,
yctam)
es hombre,
y
con tal sig·nicado forma.
como subfijo lo que él llama el infinito verbal.
Esto se ve más claro examina.ndo otro modo del mismo verbo.
Ichalmt (ich,
unido al nombre es atributivo), es tilla partícuht
invariable que expresa identidad, y agregándole el pronombre
per ona.l, de igna la persona :
Ki1-ychalcat,
yo mismo.
Ka-ychalcat,
tú mismo.
Y así, interponiéndola en el verbo, hace que la acción sefl
recíproca y pase á la persona que la hace:
Git-kitillet-ychakat-kanen,
yo me quiero.
Ga-kitillet-ychacat-lcll!mpnen,
tú te quieres.
Por aquí se ve que el pretendiclo infinito abstracto, es unfl
forma verbal, que expresa la idea de nna manera concreta, con–
virtiendo el nombre en verbo, como el mismo paclre Valdivia lo
declara, al decir:
« querer,
es nombre
y
es verbo».
Es una propiedad común
{~
toda
las lengua americana ,