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EL PAIS DE LA SELVA

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Sí ;

¿

quiénes son?

¡

Es un alma-mula

! -

respol!dió con sonrisa que

suele :::;er en los campesinos liberales, sorda mezcla de

ironía y credulidad.

No le comprendo ni jota - agregué.

Porque no es de aquí. ..

Bueno : explíquese.

Ese hombre y la compañera son hermanos ; pero,

según dicen, viven comomaridoymujer ... Los viejos sue–

len contar que la mul' ánima se hace de las mujeres así. ..

- ... Y de las que yacen en uno con el cura ... -

mormojcó un tercero, con gesto socarrón.

El picante rm.b ti o eneralizó nuestro coloquio. La

casa de neg-0cio, puesta en algún recodo de los sende–

ros frecuentad.o s- de país, suele ser club y bazar en

varias leguas á la redonda. El forastero la reconoce por

la banderilla de color, - generalmente un pañuelo rojo,

- que ond(ja en el techo, ó en el árbol del antepatio.

Los moradores de los ranchos vecinos vienen á

emplear

allí, con10 llaman todavía, con viejo verbo castizo, á

la compra de vicios y menesteres. En los días festivos

se reunen . á capar el tiempo ocioso, pasándolo entre

libaciones y gorjeos... Como fuese dqmingo, la con–

currencia era numerosa : estaban algunos hachadores

platudos, pues les habían pagado las últimas tareas

en un desmonte próximo donde trabajaban ; tabeaban

algunos ; libaban todos ; y se anunciaba carreras para

la tarde en la manga del callejón.