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f.L PAIS DE LA SELVA
Correas ... y¿ para qué
?
Para salvar nuestras vidas.
141
En efecto, el zorro lonjeaba con su cuchillo la piel
del animal, cuando el Tigre le dirigió esa pregunta al
regresar del agua. Intrigado por las respuestas, averi–
guó 1nás aún :
'
-
Apareció un Ángel bajo ese algarrobo, mi tío ...
Eran los ojos zarcos de cielo, rubios los cabellos como
pelo de choclo; todo el cuerpo vestido de blanco,
y
atrás dos alas grandes,
y
blancas también ...
-
Bueno : acabá presto, letrado
!
-
Ya voy, mi tío, -
dijo el zorro humildemente, y
,
continuó el relato : -
la
venido el Angel y ha dicho
que soplaría un viento e panloso, el
más
fuerte huracán
'
que haya habido
, asta abo a en el inonle; será un
castigo de Dios; perecerán los que hayan cometido crí–
menes alguna vez; sólo podrán salvarse los que se
amarren
á
los quebrachos, únicos árboles que quedarán
en pie... Esto ha dicho el Ángel, y ha desaparacido
volando ...
Juan aparentó contraer se de nuevo á su trabajo, como
·quien tien t: urgencia de aprovechar últimos instantes, -
per? cuidándose de observar el efecto que sus palabras
producían, miraba al Tigre de soslayo. '
-
.1
Dios santo, Juan l ¿Y serás tan ingrato que no
hagas algo por la salvación de tu tío?
No está en mis manos ... Si pudiera ...
¿Por qué no me atarías á mi también?