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3:.:!0

tale

indios atribuyen al

cllil,·i,

per onilicándolo,

us

nfermedad

y

tribulaciones. Ambos vocablo

se fili an d 1 . úmero

gig

enferm dad,

dolor, er viol ento, maldad.

Lo

dakota

tenian la

up r tición de no encender j ama

u

pipa

con áscua

6 tizones que

e hubie en retirado de la lumbre

po r medio de in trumentos agudo .

1

º

91

E

ta

costumbre deb

r

efecto del

temor

y

re peto infundido por la

tempe tad: pue

ya

supondrá el lector que cuerpo a<Tudo ,

gir

recuerd a pr

ci~amente

la

tempe tad ,

gir.

Entre los omahas cuando un hombre era muerto por

l rayo e

le quemaba

obre algo apropiado con la cara hacia abajo

y

e le,

hacía un a rajadura en la planta de Jo pi é .

10 92

G-ir,

pié

y

gir,

t m–

pe tad dan la clave de todo.

Lo

dakota

adoraban la t mpe tad bajo la forma de una ave

jigante ca.

e la fig uraban de cuatro modo dif rente-. La priin ra

ave era negra

de larao pi o, ele ala

de

uatro

oyuntura ; la

egunda era amarill a de alas tambien de cuatro articulacione , -in

pico, sin mas ele

eis pluma ; la tercera era e carlata

y

de ala

larg uí imas, no ya ele cuatro ,

ino d

o ho nudo ; la cuarta

ra

azul , e férica,

in ojos, ni oreja , on - olo do pluma p r ala , por

toda cara una e pecie de medi a luna, de

partían do

divergen tes

adena de rayo .

109 3

La

tre

primera

011

av

ma

ó meno

el

form

p ro la

última no ti n

de tal sino las ala , es perf ctamenle

imbólica tanto

por su forma globular ó

sférica,

inónima de vi nlo, como por la

dos lineas de rayo diverg ntes, plutónica

por

u núm ro

y

lumi–

no as por su forma en zi<Yzág.

No

on lo

úni co

ere ma

6 meno

raro

r verenciado por

esto

indio, lo

paJaro d

la

t mpe tacl

109

4,

rn o que 1 animal de

la medicina lo concebían

on cara humana

u rpo d

uadrúpedo,

cuerno

y

larguísima cola,

y

Jo adoraban como dio .

i09á

Quizá

i en el hecho de

er do

la

e carificacione

ele lo can–

didato

en la danza del , ol n el pecho

y

n la e palda;

i

en la

doble mujer con todos u

arreo , er

mi~ terioso

el

su mi tología':

i

en el misterio del nacimi nto de lo m llizo mirado como d ori<Ten

I OO I

Pi J' i\fnrgall,

t.

J.

\'Ol.

n,

p. 1559.

'º"'

Dor

e~¡',

p. 420.

100 •

Dorsey, p. 441. Pi

y

~[argall

l.

J,

Yol.

J.

p. 56.

100 •

Para lo manclane

. olo t nía dos d do.

·n cada pié y acloniaba su

cuna con lo

cuernos de los animales

el

Yoraclo por él (Dor.

y,

p. 50 ). Ya h

inrucado lo que

ig11ifiean tanto el clos como lo cu rno . -

Póur

J

s mandanc

il n'arnit que rlem: doigl

á

c·haque picd et ornait son

anctuaire de cornc·