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HISTORIA DE LA lNVENCION
D~
LAS RELIQUIAS DE SAN ARGlMIRO
lndi'ca Ocddentalt"
tít.
XIV.
Arte de la len–
gua Mosca,
ejusdem
regionis vulgaris»
(r, 446).
Por lo visto, debe de ser muy antigua la
confusión de los dos Medranos, Franciscano
el uno
y
el otro Jesuíta¡ pues hasta en el
cuaderno de <<Granada ó descripcion hi sto–
rial del insigne reino
y
ciudad ilustrísima
de Granada..•.», Ms. en 4.º, de 35 hojs.,
s.
1
de port., que parece anterior á la
Bi–
bliotheca
de Nicolás Antonio, y extracta co–
piosamente Gallardo, tropezamos con la si–
guiente noticia: «El P . Medrano, de Ja com–
pañía de Jes us escr'ibió un libro de la Des–
cripcion del Nuevo reino de Granada en las
Indias¡ y un Arte de la lengua de aquel
reino)) (r, 869). En todo caso (pues no es
creíble que á los dos Medranos les
~curriese
escribir dos obras que parecen idénticas)•
más crédito nos merece León Pinelo, que el
desconocido autor ó anotador del man uscri–
to¡ ni tenemos gran dificultad en admitir
con el mismo, que el verdad.::ro título de la
que dejó inédita el Franciscano fuera, en
efecto, el de
Hútoria del Nuevo-Reyno de
Granada,
que es también, aunque tan dis–
tinto, el que más se acerca al de
Hútori·a de
la gran ciudad de Granada.
Pero, en fin, bien fuera esa la que enga–
ñó á Torres Saldamando, ó bien la de Ber–
múdez de Pedraza ú ot ra cua lquiera, lo que
podemos asegurar es que no existe semejan–
te
Historia,
impresa en Madrid el afio de
1
698, como él su pone, ni el de 1798
1
como
le corrige Sommervogel; ni se con oce tam–
poco ningún P. Alonso de Medrano, de la
Compañía, que hubiese impreso ninguna
His toria de Granada.
·5878.-Historia de la Invencion de las
Reliquias de San Arg imiro.
Habiendo avisado el P . Daniel van Pa–
penbroeck que
el
P. Martín de Roa cierra
la
Vida
de este santo mártir , que
el
año de
16
I
5 publicó en Sevilla al fin de su obra
de
festú Sanctorztm Cordubensz'um,
con la si–
guien te cláusula: «Inventre sunt hodieque
servantur ejus sanct<e Reliquire in ecclesia
Apostoli Petri , sicuti scripsimus in historia
inventionis sure», añade por su cuenla:
)
«
Dignus era
t.
hiºc locus, adquent ani·madver–
tens Tama¡us, doceret nos aliqut"d de tali hi–
storia: sed neque in Bibliotheca Societalts
nostrce etiam nuper recogmta a1tctaque per
l{athanaelem Soth1tellum, neque in Biblio–
theca Húpanica Nicolai Antonit", accuratt"us
etiam scnj>ta J1artimº recensente, quidquam
úidicatur quod huc facial) unde vehementer
vereor ne frustra st't omnú opera, quam in
ea Hútorz'a requirenda nunc ponent amtci
agiophilt' a nobis rogatt"» (Acta SS.,
Jun.:
v,
384).
A la· verdad, no vemos por qué el simple
silencio de Nicolás Antonio y Sotuelo en
sus
Biblt'otecas,
y aun el de D. Juan Ta–
mayo de Salazar en su
Martirologio,
pu–
dieron causar tales dudas y temores en el
ánimo del insigne Bolandista, si era cierta,
como en efecto lo era, la cláusula que nos
copiaba del P. Roa. «Hallaronse (dice
nu.estro biógrafo), i estan oi sus santas Re–
liquias [ de S. Argimiro] en la iglesia del
Aposto! san Pedro [de Córdoba], como es–
crivimos en la historia de su invencion»
(Flos SS.,
hoj. 19ov.). Sospechamos que el
haber salido vanas al P. van Papenbroeck
sus investigaciones en busca de un ejemplar
de esta
Hi'stori·a,
y no precisamente el so–
bredicho silencio, fué la v'erdadera causa de
que le pareci eran inútiles cuantas se hicie–
ran en adelante por sus amigos para dar con
lo que buscaba. Y
á
fe que tenía razón en
ello, aunque sin él pensarlo ni imaginarlo.
La
Hz'storia
á que se refiere el P.
Ro~,
no
existe en obra separada, ni impresa, como
hubo de suponer; ni aun manuscrita. Es
sencillamenle la «Historia de la Invencion
de los satos Mártires Fa usto, Ianuario, Mar–
cial, Zoilo, i Acisclo, con otros muchos.
xx.r.
de Noviembre», que poco antes de la cláu–
sula citada aparece en el mismo
Flos San–
ctorum
(hojs.
I
63-177),
y
donde une;> de los
«otros muchos» es justamente
<~S.
Argerni–
ro Monje» (hoj. 172v .).
5879.-Historia de la Passion. 1729.
«Traduit de l'espagnol», é impreso, según
Backer
(11,
593), que lo atribuye al P. José
Lamberti, conforme
á
la nbticia que halló
en los Archivos del Jesús de Roma. Según