LA SAGRADA BIBLIA
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Antiguo Testamento, que contiene Jos
libros del Génesis, Exodo, Levítico
y
Nú–
meros - Tomo
II
d el Antiguo Testa–
mento, que contiene los libros del Deu–
teronómio, Josué , Jueces,
y
Ruth,
y
el
libro primero, el segundo
y
el tercero de
Jos Reyes - .... - Tomo I del
uevo
Testamento, que contiene los Santos
Evangelios
y
los Hechos de los Aposto–
les - Tomo
II
del Nuevo Testamento,
que contiene las Epístolas de San Pablo,
de Santiago, de San Pedro, de S. Juan,
de S. Judas,
y
el Apocalipsi
]J.
Madrid:
Imprenta de Don L eon Amarita, Plazuela
de Santiago, N.º
r.
[ 1824- 1824 - ....
- i 823- 1823]].-0cho
to~s
en 4.º,
de ps. 32-435 (s.
l
h. p. n.),
502
(s. 2
hs. p.n. ), .... , vm-368 (s.
2
hs. p. n.),
316.-(Ésta es la primera edición, á que
han seguido
y
siguen tantas reimpresio–
nes basta nuestros días,
y
á que acompaña,
por vía de apéndice, otro tomo de:
Notas generales puestas en forma de
Diccionario , que facilitan Ja inteligencia
de muchos pasages obscuros de la sa–
grada Escritura, con algunas Reglas que
conducen á dicho fin. Las precede una
Oracion para antes de tan santa lectura,
y
varias Maximas para hacerla con fruto.
Madrid. Imprenta de Don L eon Amarita,
Plazuela de Santia go, num.
I.
1823.
-En
4.
0
,
de
76
ps.
T.
EL
P.
JosÉ MrGUEL
PETISCO
(!).
« Hispanice reddidit (dice de él Caballero)
libros orones
V.
et N. Testamenti, quos post
Petisci obitum N. N. ejusdem consangui–
neus obtulit Carolo
JV
Hispaniarum Regi,
qui pro suo in omnis doctrinae incremen–
tum studio jussit suis regiis impensis pul–
cherrimis typis magnifice vulgari. Me latent
causae, quibus jussa Regi$
er~ditorum
ho-
minum fautoris liberalissimi ad nihilum re-
cidere » (n,
8 1).
'
Backer copia
á
Caballero, y añade: «Le
Manu crit de la traduction de l'Ecriture
Sainte que le P. Pelisco avait donné pour
ctre examiné, étant tombé entre les mains
de
l'vl.
Torres, neveu de Torres Amat, chargé
de cet examen, fut publié par lui ous son
nom, en
1821
et
1822.
(Ami ele la Religion,
T.
104,
p.
5r.)
Le traducteur est nommé
a
tort Perisco»
(u,
1912). Sin embargo, aun–
que
á
continuación trae el título de «Lasa–
grada Biblia nuevamente traducida....», con–
viene
á
saber, el mismo de la traducción im–
presa
á
nombre de Torres Amat, no le an–
tepone el signo de seudónimo, como ni aun
el de impreso siquiera al trabajo del P. Pe–
tisco, tal
vez
porque no se fiaba de la noti–
cia de la
Revúta
francesa, y se contentó con
recordarla sin meterse en averiguaciones.
Más denodado Sommervogel, coloca «La
Sagrada Biblia, nuevamente traducida....
»
entre las obras seguramente impresas y
seudónimas del P. Petisco,
y
reproduce al
pie como justificativos los testimonios ya
alegados por Backer, de Caballero y el re–
dactor del
Amr' de la
Rdigfrm
(
\'f,
621-22:
cfr.
1:<
1
1299
1
1413): tan concluyentes de–
bieron de parecerle, como no digamos que
influyó en su ánimo más de lo que fuera ra–
zonable, cierto rumor vago, pero persistente,
que hubo de llegar también á-sus oídos.
Pues ello es así, y no puede negarse, que
hace ya tiempo que corre, si bien por lo
bajo y á modo de tradición oculta, entre
una especie particular de eruditos, el de
que Torres Amal se alzó de Ja manera más
villana con Ja traducción de Ja Biblia del
P.
Petisco. Aun los que juzgan no poderse
alargará tanto, sino que estudian la cues–
tión, como verdaderos críticos,
á
la luz de
la razón y de documentos de intachable
veracidad, no pueden disimular sus sos–
pechas de que debe de haber aquí encerrado
algún misterio, por no decir que fa rsa, en
la que , por desgracia, representó un gran
papel Torres mat, exponiéndose con ello
á
la nota, de que difícilmente puede libr:i1-
sele, de plagiario, unida á la de malévolo
detractor 6 encubridor de glorias ajenas.
Notables por demás son dos artículos que