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esto rezamos: Causa de
ta ñucanchicman chasqzti–
nuestra alegría, ruega por
chingapac, ñucanchicta shu–
nosotros
2.
Pues María es
tintac cushicuiyucla ruran–
nuestra abogada
é
interce-
gcupac
1.
Chairaicit resan–
sora perpetua delante de
chic: Ñucanchicta cushichic,
Dios 3;
6
más bien digamos,
lfhtcanchicmanila man1apai2.
en
y
con la Virgen inma-
lJilaría ari huhiailla Dios
culada pide el Espfritu
ñaupacpi ñucanwhicrnan–
Santo mismo con gemidos
ta rirnapitshpa mitsacmi3;
indecibles. Por esto nos al-.
ashunca ll'l.lllnpalÁ!lnanalla
canza María todas las gra-
Virgenpi,
pa.iltuanpi.shEs-·
cias
y
es can a de nuestra
píritu Sanitollalac mana ri–
felicidad.
rnanalla huacaihuan ma-
1anmi. Chaimantct María
tucui yanapaicunata ñu–
canwhicpac ushichin, ñucan–
chicta cu hicuiyucta ru–
ranrni.
1
Véase la nota 2 en la pág. 451.
2
Lit. Laur.: Causa no trre lretitire, o. p. n.
3
Salve Regina: ".A.dvocata nostra.' - .A.dvocatus, Para–
clitus, que no sólo significa intercesor , sino más bien con–
solador, conforme al hebreo
Me:nachem,
se usa en la. Sagrada
Escritura
y
en Ja liturgia. como nombre propio del Espíritu
Santo ; pues el Espfritu Santo no
solam~nte
nos enseña
á
pedir,
y
ora con nosotros (Rom. , 26) sino que nos alienta.
con sus dulces inspiraciones
y
nos comunica. sus bienes
y
do–
ne ; es pues au a. lretitire. iendo María. la. esposa, imagen
y
órgano del
É
píritu Santo, se aplica
á
ella proporcional–
mente el título de .A.dvocata ó
D ar¿Úr.l:r¡TO>,
como la. llaman
los griegos,
y
de Causa nostrre lretitire.