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en medio de las tribula-
cushicwita shutilla tarin–
ciones, si amáis á Dios
y
guichie Diosta cuyashpa,
observáis sus mandamientos.
Paípae cannachícuslwa shi–
Probadlo vosotros mismos,
m-ita huacaichishpaca. Catn–
y muy pronto sabréis por
cunallatac mallishpa uctalla
experiencia que las obras
yachatnguíchic, Diosta
it–
Y frutos del amor divino
yaipac allí rnraicuna ju–
son más sabrosos
y
dulces
cha111iatnta ashun ñucñu,
que el pecado; entonces
mishqwÍ!lni, caitaca mallish–
conoceréis que la buena
pa yachatnguichic; cltaipi
conciencia, es decir, la con-
ricsinguichic, allí coneien–
vicci6n de haber hecho la
cia, Diospac munaita ru–
voluntad ele Dios , es .in-
rashcata yuyaric, llulla pa–
comparablemente más agra-
chatpac cztshicuiyuc millai
dable· que una mala con-
concienciamatnta mama pac–
ciencia en medio de los
talla cistahuan alli!lni l. Ri–
placeres del mundo
1 .
Mi-
cztichic huauquicuna, inti
racl, hermanos, el sol en el
llucshic, matnarac jatari–
momento que sale, aunque
m1islwa, ña tucui pachata
todavía no está en su al-
ftitcñulla wnaclla achicya–
tura, ilt1mina ya todo con
chi!li, chasna all·i concien–
nna luz suave
y
hermosa: tal
cia fía cunanlla a/nnapi
es Ja buena conciencia: ya
janac pachatpac achicyai–
ahora derrama anticipada-
ta, cushicztita lí.aupcw ji–
mente en el alma la clari-
chat1111ni
2.
dad y ·felicidad
d~l
cielo2.
1
Véase acerca de esto S.
.A.uo., De catech. rudibus c.16.
2
Véase acerca de la alegría de la buena conciencia,
Lurs
DE GRANADA,
Guía de pecadores, l. I, c. 13.
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