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luego rezando el "Señor mío
Yaya Jesucristo resashpa.
Jesucri
to".
En efecto, si
Ñanla vurishva mari, pcum–
caminando cayeseis en el
bapi, turupi urma hpaca,
lodo, no os quedaríais echa-
mama titrnpi iric sa,qui–
dos en él, sino que al ins-
ringuinicunclm, yallinrac uc–
tante os levantaríais y os
lallamanita j alaringitiman,
limpiaríai para continuar
71icharinguimanpish ña;nla
el viaje. .Asimi mo habien-
catitngapac.
Ghasnallatac,
do ofendido
á
Dios, no
Diosta juchallishpa cimci
o quedéis en el lodo del
juchapac turnpi saquirichi¿,
pecado, sino que purificad
yallinrac almata juchannan–
vnestra alma con lá-grimas
ta pichailac, shungupi hui–
de contrición, rezando el
q1Lihuani, hi¿acaihuan, .Apu
"Señor mío Jesucristo"
y
Yaya Jesucristo resashpa;
proponiéndoos servir mejor
caiquipa Dios/a aslahuan
á
Dios en adelante.
allí sirvishac ninguitac.
Estos mansos son bienaven-
Ghai l/ambu shunguyuc-
turados, porque ellos posee-
cuna cushiyucmi, paicuna
ráu la tierra , dice nuestro
mari cai vaclwtci charü1r
Señor
Jesucristo.Yaen la tie-
ganni, Jesucristo ni hpa nin.
rra tendritn mucha paz inte-
}.Ta cai JJCLSltapi alma11ac
rior. Pues el mismo Jesucris-
asltca casicacuita cltetringa–
to dice
t:
"Mediante vuestra
cunaini. Quiquin Jesucri lo
paciencia poseeréis Vliestras
ari nin
J:
"Upalla mu–
almas." En efecto, mientras
tsushpa almaiquita charin–
el .colérico no es más dne1io
giii.
'.'
Pi:iíasiqui mari mania
de su corazón, lengua y
ña shungu/c¿, calluta,
nc–
acciones, dejándo e arras-
raita jarcania itshanchu,
1
Luc. 21, 19.