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XCIV -
eu sns castísimas y purísimas entrañas á la Verdad y
Gracia en per ona, es el trouo de
la
Misericordia por
haber sido Ja Madre de Ja i'lliserieorilia; y por ser llena
de gracia, es llena también de piedad,. q,ue Ja eomtmiea
:í
los dem:is.
fauna. cmli
es María, pues por ella nos vino e!
Redentor y por ella hemos de entrar en el cielo ; por–
que ella nos inspira el santo temor de Dios que es el
principio de la sabiduría (Eeeli.
1, 16).
.
Stc1la. matutina
y Aurora con urgens (Cant. 6, 9)
es María, porque nos trajo al Sol lnstiti:n
y
hace que
le conozcamos m:ís y m:1s.
Cansa nostrm lmtitim
es María, porque ha cau–
sado y causa nuestra felicidad en todo entido: en e -
peeial y p1imero nos ayuda en cualquier necesidad de
nue tra natnraleza
fí
ica, pues con el término "inflrmi"
se entienden todos los menesterosos. Los hombre ,
por lo regular, sienten m:í lo trabajos físicos que la
miseria del alma ; por esto se antepone en la e peei–
fieaeión de "Can a nostr::e lmtit:n" el "
alns infirmo–
·rum". -
De los trabajo corporales pa an
la
Letanías
Lauretanas
á
las miserias espiritnale y alaban primera–
mente
:í
María como
Refuginm peccatorwn ;
pue el
pecado es el primero y tÍnieo verdadero mal en el mundo,
la can a de todos los nfrimiento
y
dolores.
fa
como
Eva con su orgullo sedujo
á
Adán al pecado, a í María.
con su humildad procu1·ó la redención al pecador. Y
lo que hizo María en la ca a ilencio
~
de azaret
para todo el género humano, esto lo hace también hoy
día con cada uno de no otro , con tal qn
e refagie
l.
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