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mismo
qu~
se conoce con los nombres de
manatí
ó
lamant-ino.
Generalmente confunden el
lamantz'no
con
el
du–
gong,
que no son de una misma especie, aunque sí
de una misma familia: del primero hay tres
especi~s,
qos de las
cuale~
'pertenecen
á
América, que son: el
manatus a1neri'canus
ó
australz's,
que
es el más co-
~
nocido y el
manatus latirostrz's,
el cua_l vive en las.
costas de la Florida
y
·ha sido deserito por M. Har–
lan,
y
la tercera, que es la denominada
manatus se–
negalensis,
menor que las del Nuevo Mundo.
El
.
dugong,
indígena de los mares de la Malasia
y
de la
Australia, es el
hati.cus úzdicus
de Cuvier, ó
triche–
chus dugmzg
de Erabben.
Agassiz consideraba al
laniantúio
como al repre-
entante actual del antiguo
dinoterz'uni,
Y'
otros pa–
leon.tologistas han llamado
nzetaxiteriu1ii
al lamanti–
no primitivo; del cual se encuentran en Europa res–
to·s fósiles de la época en que el mar cubría á aque–
lla parte del mundo, posteriores
.á
la formación de la
.
creta,
pero anteriores
á
la del
y eso.
No están de acuerdo los filólogos respecto al ori–
;en de la palabra
manatí
ó
lamantino :
creen algu -
· nos que la primera de esas .voces es de origen espa–
ñol. derivada del sustantivo
mano.
El señor don F.
]
. de Santa Anna Nery, en el precioso libro que pu–
blicó con el título de
! e Pays des A mazonú,
dice:
'Tiene (el lamantino); en efecto, cuerpo pisciforme,.
terminado por una aleta simple, oval y horizontal.
Las aletas de adelante, aunque aplanadas
y
mem–
branosas, se compone de cinco dedos, que pueden
tomarse, bajo la pie1, por verdaderas manos.
Es de
esta parlicularidad sin duda, que les vino el nombre
de manatíes'.
El distinguido capitán francés Luís Gusta o Bin-