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..nizadt>n de e!!§tos contratos de
venfft;todo)~
que .se obr(} sin hallarse capacitado, es tan nulo
que no puede conva)ecer nunca. El mismo
Sarria
y
Her"rera, antes que llegase
á
esta ca–
-pital D!. José
Caveneci~,
han dicho lo que in–
teresa.
'copia~
aquí: porque á más de no tener fa,–
cultad D. Pascual Guet·rero (dicen) en sus es.–
critos de foj. 23 y foj. 27 cuaderno
princip~l
por la falta de per!!§oneria para el tt·aspaso de la
.huerta, para la enajenacion de los
bie~es
de
aquel,
Y.
mucho menos para convertir el pro–
ducto de esta venta en pago de sus propios cre–
ditos ect. Este lenguaje de que se usó cuandp
cue~tionaban
con Guerrero en junio de 827
vaciJido
y
repetido por nuestros contrarios es el
.comprobante mas luminoso de la impotencifl
de D. Pascual, para el aborto de esos artificios
insignificantes y nulos. Pero lo que mas clasi–
fica el fraude con que se han conducido y
co~
duce.n los adversarios,
e~
el diferente conceptp
t¡ue indican en su escrito de foj. 110.
AJií
opo–
niendose á la"pretencion de recuperar, que es–
tabl(tcjg C{qn
person~r1a
suficiente el Jlijo de Ca–
_venecia,
so~tiene
.todo lo que hizo Guerrer·q.
Comparemos ahora lo que se afirmó en junio d.e
827 á -foj. 23 y foj. 27 del cuaderno principal
con lo que se dice enjulio_ de 28
á
foj.·llO cua–
derno dicho,
y
observaremos coQ.tradiciones vi–
tup;ra~)es,
ip.consecqencias
gJ:!J$er~s,_y
proyec,.
tos Ilegales. ¿Cual pudo ser el motivo t·epen–
tino de esta mudanza? ¿Que magia,
o
que en–
canto había producido esta
mutad.on?Lo
dirémos de u na vez. Cavenecia feli21mente no
murió, volvió al Pero, se supo su regreso, y pa–
ra el logro de la empresa se activó el armisticio