Table of Contents Table of Contents
Previous Page  93 / 418 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 93 / 418 Next Page
Page Background

EL CONDE DE SUPERUNDA.

83

biendo llegado la hora de la colonizacion agrícola

y

militar, única que puede asegurar la provechosa

conquista de la montaña, sólo pudo pensarse en

proteger la ceja con algunos destacamentos

y

for–

tificaciones,

y

muchos conservaron todavía. la es–

peranza de que volvieran

á

prosperar las recien des–

truidas conversiones.

Iba

á

terminar el largo reinado de Felipe V. Si

por la fuerza de los acontecimientos, superior á la

voluntad de los hombres, habían principiado

á

sa–

lir las colonias del letargo

y

entorpecimiento que

las condenaban

á

una infancia perpétua; no pudie–

ron realizarse grandes mejoras, tanto por falta de

un sistema ilustrado

y

estable, cuanto porque las

pretensiones dinásticas inutilizaron las generosas

aspiraciones de los pueblos. En cerca de medio si lo

no había recibido la misma Córte, entre derechos

reales

y

donativos graciosos , sino ménos de seis

millones de pesos, cantidad, que el Perú pudiera

obsequiarle en un año de buen gobierno. Ya los

políticos, que algo entendían de arreglos económi–

cos , hacían notar , que la pequeña Jamaica era 'de

más provecho

á

Inglaterra, que

á

la España su in–

mensas posesiones. El deseo de grandes reformas

iba penetrando entre los hombres de Estado. Los

escritores de legislacion hablaban de derechos, que

la conquista no podía prescribir

y

de

títu~os

inhe–

rentes

á

la naturaleza humana, que, contra todo

poder é instituciones, debian

prevalec~r

en las re-