62.
:EL MÁRQUÉS DE CASTEL-FUERTE.
I
ques con dificultad pudo escapar
~l
abordaje; ·otro fué
abordado, y ·se rindió, con su carga; el tercero hubo–
dé entregarse en· el puerto de Nasca. Otro buque
·holandes, que llegó despues,, hubo de retirarse en
mal estado, no pudiendo hallar recursos en ningun
desembarcadero y temiendo ser capturado. Tam-
,. bien se e.erró al contrabando la puerta de Méjico,
negando toda licencia para comerciar con sus puer–
tos; Mas quedaroD; abiertas las de Buenos-Aires, ·que
en vano se reclamaba condenar, contra todo derecho
y
conveniencia; la de Cartagena, no obstruida con
la lenta
travesí~,
y
la
de Panamá·,
qt~e
era la más
expedita en el larg o intervalo de las armadas ..
Todos los esfuerzos de las autoridades coloniales
no pudieron ·regularizar la marcha de los ·galeo–
nes. Los
~rribados
á
Cartagen~
en 1723 no fü.eron
despachados sino en 1726,
y
no quedaFon muy sa–
tisfechos de la feria de Portobelo. La armada expe–
dida del Callao en 1731, despues· de las más apre.:..
miantes instancias,
y
merced
~
la extraordinaria
eficacia del Virey, que fué calificada de milagro po–
lítico, condujo únicamente
á
aquella feria ménos de
catorce millones de pesos. Los comerciantes del Pe–
rú, hallando abundantes los efectos de España, le–
vantados sus precios,
y
más convenientes los ofre–
cidos por el navío inglés del permiso, compraron al
que les vendía en condicfones más ventajosas. Los
comerciantes de Sevilla, despues de
levanta~
los gri–
tos al cielo
por.sufru strada venta y ·sus costosas de-