Table of Contents Table of Contents
Previous Page  67 / 418 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 67 / 418 Next Page
Page Background

EL

MARQUÉS. DE CASTEL-FUERTE.

51

lamentable disminucion que estaban sufriendo és-·

tos. Para que la excesiva mortandad de los que ba..

jaban

á

Lima cesase, puso el Virey singular empe–

ño en la mejora del· hospital de Santa Ana, <!

J.Ue

,

destinado

á

asistirlos en las enfermedades, se habia

convertido en su tumba. No

po~ian

ménos de su–

cumbir los más que ·allí entraban, porque algunas

alas estaban

á

descubierto, solían echarse dos do–

lientes en uria sola cama.,

y

faltaban la limpieza,

los remedio ,

y

á

veces, hasta el indispensable sus–

tento. Como medida radical e entregó el hospital

á

los Beletmitas, muy acreditados en otras casas,

y

en efecto, pronto se notaron importantes reformas;

pero, por repugnancia de los religiosos,

y

por las

reclamaciones de la hermandad, que estaba en po-

esion de administrarlo, volvió en breve aquel asilo

al anterior gobierno, si bien no llegó

á

recaer en su

tristísimo estado.

La plaba contínua ele lo indio

guian siendo

lo corregidores con sus desapiadadas e

ac~iones.

La entereza del Virey moderó las de algunos; el dic–

támen dé la Audiencia, que aplazaba el castigo de

varios acusados para el plazo tardío de la residen–

cia, los alentó

á

mayores excesos; la servil sumi–

. ion de los indios parecía provocarlos. Sin embar–

go, ya empezaban los oprimidos

á

querer salir de ·

su desesperante situacion, matando

á

sus tiranos.

Entre otros corregidores, fueron muertos por los

agraviados el de Castrovireina, junto con el coad-