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EL ARZOBISPO DE LIMA.
suma actividad en sus pesquisas, y en consecuencia
de los cargos, que se comprobaban contra Reyes, le
redujo
á
prision , oC\wando su puesto con satisfac–
cion del vecindario. Aunque los Jesuitas obtuvieron
del Virey .tres decretos para la reposicion de su· fa–
yorecido; continuó preso, habiendo declarado los
oidores de Charcas: que no podian desatenderse las.
quejas de los paraguayos, ni el valor del avanzado.
pr,oceso, y que ni el juez pesquisador, ni el pesqui–
sado innovasen en' nada , bajo pena de traidores,.
miéntras S. E., mejor instruido del asunto, no dic–
tase nuevas órdenes, las que serian comünicada
por la misma Audiencia.
Aguijoneado por la Compañía, resolvió por cuar-–
ta vez el Virey-Arzobispo la reposicion de .Reyes ,..
que, habiendo escapado de la prision, se alistaba en
la frontera para marchar
á
la Asuncion, de la qua
bajo graves penas se mandaba retirarse
á
Anteque–
ra. Escapando
á
duras penas el ·ex-Gobernador de.
las manos de los paraguayos, que habian salido en
su alcance' creyó ser más afortunado' porque
un
nuevo despacho de Lima confiaba su reinstalaci@n
á
D. Baltasar Rns, teniente de rey en Buenos-Aires;.
mas esta vez libró peor, por haberle aprehendido.
sus enemigos cautelosamente y llevádole
á
la capi–
tal del Paraguay , adonde fué puesto en un cala–
bozo con los piés en el cepo, un par de grillos
y
una cadena
á
la cintura.
Nombrado
á
poco gobernador del Paraguay don