D. TEODORO DE CROIX.
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eomo un favor del cielo, que por ese medio habia
facilitado labores más ricas. Despues se puso fuera
de duda, que la ruina era de tanta extension como
perjuicios, y había sido ' ausada por haber buscado
el metal en los puentes, estribos y otras partes ve–
dadas. Averiguóse tambien. que en los últimos años
se habia defraudado
á
la Hacienda de todos modos,
ascendiendo
lo~
quebrantos fiscales
á
más de 600.000
.pesos. Los encau ados por tan graves faltas las ex–
piar.oncon una larga prision, miéntras todo el
mundo lamentaba la suma decadencia de Huanca–
velica, cuando el Gobierno queria dará la minería
del Perú el impulso, que hada florecer la de Méjico. '
Se proyectaba al mismo tiempo un colegio meta–
lúrgico, un banco de rescate y un tribunal, que
fuese para los mineros lo que era el Consulado para
los comerciantes. El tribunal de minería se estable–
ció con las convenientes subdelegaciones. Para su
so ··tenimiento
y
creacion del banco c dió el Rey un
real de ·eñoreaj e en cada marco de plata.
El comercio seguía prosperando por con ecuen–
cia de la paz
y
de la disminucion de traba . La im–
portacion de E paña al Perú ascendió, en el quin–
quenio de 1784
á
1789,
á
42.099.313 pesqs, 6
5
/ 8 ,
rea–
les,
y
la exportacion del vireinato á la península ..
á3"" .979.3;:39 pesos,
6
1
/ 8
rs. Para dar mayor seguri–
dad al tráfico del Pacífico, donde por impericia acae–
cian algunos naufra
0
·ios, se dispuso quelos ' buqúes
n· vegasen con pilotos examinados
y
matriculados.