D. TEODORO DR OROIX.
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Pº!' un súbito ataque,
y
hubo dé d clarar luégo que
fué amenazado con el tormento , se consideró como
un crímen de E.::1tado,
y ,
ólo por circunstancias ate–
nuantes, salió condenad el pobre hombre á diez
años de presidio,
y
su cómplice á ser embarcado
para España, en partida de registro,
á
las órdenes
de S.M.
Cárlos III murió dos años despues,
á
fines de 1788,
llevándose á la tumba las glorias de su dinastía, la
honra de palacio, el prestigio de la monarquía
y
la
grandeza del Estado.