D. FREY FRAN I 00 IL. .
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concesione , proyectando entre otras el estableci–
miento de un colegio de nobles en ranada, adon–
de enviáran sus hijos l s primeras f-tmilias del
Nuevo- 1undo, permitie do, en beneficio de la
agricultura, la libre
i~troduccion
de negros y pro–
moviendo el cultivo del lino y del c· ñamo. El Vi–
rey del Perú, secundando los de eos del oberano,
, que estaban d cuerdo con sus propias inspiracio–
n .es, se esforzó d contínuo por h cer u ve . 1 yu–
go
colonial~
y ib uiendo la má im más evidente
de la política, p· ra gobernar con acierto se a:plicó
desde luégo
á
conocer el reino, que, poco estudia–
do por. la mayoría de sus antecesores en el mandn,
1
hubo de sufrir
á
menudo los tristes resultados de
;mal aconsejadas providencias.
Estando
á
lo datos r cogidos por el Virey, des–
pues de 1 s desmembr cione sufridas por la erec–
cion de los vireinatos de anta F y de Bueno -Ai–
res, el del Perú comprendia, P,n us siete inten–
dencias, 33. 628
t/,
l ·u g o
Táfi
a cu dr das.
En esta evaluacion, que por 1 bas s vag as toma–
das para el cálculo , sólo podía considerarse como
apro imada-, no estaban incluidas vastísimas re–
giones de la montañ , y mucho m 'nos los territo–
rio
T
gados al Perú por cédul s posteriores. Es,
por lo tanto, sorpr nd nte que escritores naciona–
l
y
tranjero 1 h yan aplicado
á
la república,
cu a e_,
t
nsion uperficial es tres veces mayor.
egun el e
t·
do formado en aquel tiempo, lapo-