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D. FREY FRANCISCO GIL.
blacion estaba reducida á 1.070.122 almas, entre ·
ellas 608.894 indios, 244.436 mestizos, 135. 755 es–
pañoles, 41.256 castas librrs
y
40 .336 esclavos. El
Virey creia, q
ueloshabitani~s
pasaban del .;300.000;
las nuevas matrículas revelaban mayor número del
fijado
á
los indios;
y
seguramente era necesario,
si no doblar, aumentar los datos oficiales en unos
dos tercios; porque todo propendía
á
ocultar mucha
parte de los habitantes; el. interes, el recelo de
gravámenes, · la instintiva oposicion al censo
y
la
dificultad de formarlo. Se contaban 10 ciudades,
12 villas, ,481 doctrinas , 963 pu.eblos-
El censo de Lima, que si harto rriás fácil de for–
marse, estaba léjos de ser exacto, sólo daba
á
la
' capital del vireinato 52.627 personas dentro de sus
muros, siendo las 17.215 españoles, 8.960 negros,
3.219 indios, y el resto mestizos, ·mulatos
y
otras
castas; en las dependencias de la ciudad hasta la
distancia de cinco leguas se contaban 10.283 almas,
abundando más los indios
y
negros, que las otras
razas. Considerando los medio"s de subsistencia, só–
lo los tenían asegurados unos 19.000 individuos,
que vivian de sus fincas, sueldos
6
profe iones. La
gran masa de la poblacion, falta de rentas
y
de in–
dustria, se sostenía
á
expensas de la caridad
6
de
m las artes; situacion sumamente peligrosa, si la
beneficencia no e hubiera ejercido de una manera
e pléndida y no fuera tan apacible el carácter de
lo
~ndi
5
entes .
Como la miseria nunca llegaba
á