REVO~U:CION
DE
TUP.AC'.AM.ARU.
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dios, adquirió mucho partido; durante cinco años
estuvo preparando su
mo~imiento,
que supo.ocul–
tar con impenetrable secreto,
y
á
fines de 1780
aterró
á,
los dominadores con una revolucion
súbi.tay prepotente.
No había tiempo que perder,
y
la ocasion no po–
-dia presentarse más propicia. Descubierta
y
aho–
gada en sangre la conj uracion de Farfan, era de
.recelar, que otros conspiradores no corriera:n mejor
suerte. En la provincia de Chayanta ya habia tres
meses, que sus amigos, los Catarís, estaban sobre
las armas. Tomas Catarí, indio
principa~
del pue–
-blo de MaC'ha, que reclamaba el cacicazgo
y
se
quejaba de algunas violencias, no habiendo encon–
trado apoyo en las autoridades del alto Perú , ca–
minó á pié, descalzo
y
pidiendo limosna para ob-:
tener más justicia en Buenos-Aires; el buen virey
Bertis , persuadido de que para emprender tan pe–
noso viaje debía estar sobrado de razon, expidió al–
gunas providencias en su favor, aunque no se le
presentó ninguna prueba del presunto derecho; la
Audiencia no dió_oidos á los despachos obtenidos
por Catarí,
y
el Corregidor le envió pteso
á
Chu–
quisaca. Sus hermanos, Dámaso y Nicolas·, logra–
ron, que se le pusiese en
liberta~,
apresando
y
ame–
nazando de muerte al Corregidor, si no les era e.n–
tregado Tomas sano
y
salvo. Los indios de su co–
marca
y
de las proyincias vecinas estaban prontos
á matar corregidores
y
en disposicion de no con-
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