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REVOLUCION DE TUPAC AMARU.
oion de los impuestos, y en cuanto de sí pendia,
suspendió los gravámenes más odiosos. El inflexible
Areche. que estaba disgustado con él por no haberle
permitido plantificar de propia autoridad las orde–
nanzas del colegio de abogados, aj enas de su in–
cumbencia, le acusó al Rey de ser un
obstácu.lopara la mejora de la
hacie~da,
y
sin oirle fué reem–
plazado por D. Agustín Jáuregui, ya acreditado en
el gobierno de Chile. Encausado en la córte, murió
ántes de tener la satisfaccion de verse absuelto, y
~e
que una terrible revolucion hubiese justificado
su moderacion política . La Condesa 'dudá de Gui–
rior recibió las consideraciones merecidas por su
digno esposo, por quien abogaba la a
5
-radecida
América.
APÍTULO IV.
REVOLUCION DE
TUP.AC.AMARU.
1780-1783. ·
La opresion. de los indios excedía ya los límites
de su incomparable paciencia. La ley los declaraba
libres y el :Riey queria, que fuesen iE:;nales á sus de –
mas vasallo. ; pero desde l · infancia, ha ta la muer–
te , sufrian la "' más acerbas penas de la servidum–
bre
y
eran peor tratados, que los esclavos, por cuya
conservacion solia desvelarse el amo más inhuma–
no, pa1
1
a no perder el capital, que representaban. El