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D. MANqEL
~UIRIOR.
pago ni áun las alhajas de uso particular, fabri–
cadas en años anteriores. Ma.s el Virey,
e~
atencion
· á
la práctica
autori~ada,
al dictámen·de los tribu–
nales y al grave disgusto, que era de recelarse, sus–
pendió el cumplimiento de tan odiosa providencia.
Aun sin contar con esas entradas poco realizables,
el estado de la
Haciend~
habia mejorado hasta el
punto de poderse calcular su entrada media por año,
en unos cuatro millones de pesos. En el de 1779·
fué de
5._828.852
pesos, 2 rs.
y
3 octavos,
y
ha- .
biendo sido la salida de 4.134. 643 pesos,
5
octa–
vos, quedaron
á
favor de las renta.s
l_.614.208
pesos,
3
ª/
4
rs., sin contar otros grandes ingresos más
e}
ménos problemáticos. Con esa prosperidad fisca}
pudieron cubrirse holgadamente los sueYdos
y
pensiones
c~rrientes,
el pago de deudas antiguas,
los situados de Chiloe, Valdivia, Concepcion, Juan
Fernandez, Panamá y Tarma, muy crecidas ero–
gaciones , que hizo necesarias la guerra declarada.
á
los ingleses,
y
otros gastos eventuales. Sólo quedó·
pendiente, con otras de poca consideracion, la deuda
contrai~a
para socorrerá Buenos Aires, la quepa–
recía de justicia, fuese satisfecha por el nuevo vi–
reinato, ya que sobre él no pesasen los situados de
Chile,
y
sobre el vireinato de Méjico el situado de–
Panamá, segun solicitaban las autoridades pe–
ruanas.
La responsabilidad exigida
á
empleados intlu-–
.yen~es ~
los efectos apresados al comercio clandesti-