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D. MANUEL , GUIRIOR.
prosperidad publica y privada, en los ad.elantos de la
minería. Por eso, miéntras unos procuraban descu–
brir nuevas minas, otros se proponian obtener bene–
ficios más económicos , prescindiendo del azogue. El
Virey acogía bien
á
los descubridores, en atencion
á
que las minas más opulentas se debían á .hallazgos
casuales. En cuanto
á
la separacion de la plata por
simple quema, que algunos suponian ya ventajosa-·
mente conseguida, se multiplicaron los experi–
mentos con escaso resultado.
y
á
menudo con el
desconsuelo de que las operaciones en grande no
correspondieran
á
los pequeños
~nsayos.
Se reco–
noció, por lo tanto, la necesidad de que vinieran al
Perú alg unos h ábiles mineros de Sajonia, donde
estaba adelantado el ueneficio sin azogues. Miéntras
éste
continuára siendo indispensable, para que la
minería no sufriese quebrantos enormes, se hacia
necesario obviar
á
la decadencia de Huancavelica.
En tiempo de paz la mina de Ahnaden podia surtir
en abundancia
á
precios có.modos
~
pero rotas las -
hostilidades con Inglaterra, como era de t emer,
deOian buscarse lo ...
azogues en el Perú;
y
en esta
prevision se trató de levantar la mina de
~anta
Bár·
bara, arrendándola
á
un empresario en vez de ha–
cerlo a l anti g uo
grern~o,
y
se tra l>ajaron las Yetas
descubiertas en la provincia de Vilcashuaman;
pero ni
é
tas correspondieron
á
lo que de su riqueza
se babia esperado, ni el nuevo arrendamiento dió
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