D. MANUEL GUIRIOR.
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ral, formando un proyecto, que no llegó á ponerse
en ejecucion,
y
difícilmente habría podido serlo
baj~
aquel régimen. Tambien pensó en mejorar la ense–
ñanza universitaria, amoldándola á la reforma pre–
sentada para Alcalá y Salamanca, introduciendo los
estudios de las ciencias naturales
y
exactas, acomo–
dando el de Jurisprudencia
á
las necesidades de la le–
gislacion colonial, erigiendo un anfiteatro anatómi–
~o
y realizando otros adelantos, que, aplazados por
entónces, no tardaron en conseguirse por grados ..
La inspiraciones de la beneficencia hallaban
ámplio campo en los diez hospitales de Lima, que
eran bien atendidos. La casa de expósitos, q-qe atra–
vesaba una situacion azarosa, aseguró su subsis–
tencia con alguna3 aplicaciones de temporalidades,.
y
por de pronto con una cotizacion mensual de per–
sonas acaudaladas, inscribiéndose el Virey por la
cantidad de cien pesos. Las cofradías aspiraban
á
unir 1 s prá ticas de devocion con benéficas distri–
bucion ; pero mucl;la de ellas degeneraban en es–
peculaciones de mala ley. Ofreciendo pagar cin–
cuenta pesos
á
lo herederos de lo " cofrades, exi–
gian
á
é
tos un real por
emana~
y lle ada la oca-
ion de cumplir su compromi o , se e cusaban con
l fr
uente quiehra de los cobradores
ó
con otros
motivos e pe iosos,
y
para eludir toda responsabi–
lid d, querían convertir en negocio eclesiástico un
tr :fico tan mundano. La cosa no podia mirarse con
poco int ré porque el capital recogido al año lle-