D. MANUEL
GUIRIOR.
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cialmente por el ·monopolio de los corregidores, ·
perjudicial al fisco,.
á
los compradores y vende–
dor s, con las mal pagadas alcabalas,
repartimi~nto ·
forzoso
y
ventas contrarjadas.
De esta falta de tráfico tení que resentirse la
agricultura, limitando sn produccion por las es- ,
casas salidas
á
las cercallías de 1 s tierras cul-1
tivadas. Dificult ban e i
0
ualmente sus adelantos
por las pocas nece idades de la poblacion indí
0
ena,
y
por la in e
0
urid d de gozar el fruto de us su -
dores. En la costa, donde el inf:luj o de tas cau as .
se dejaba sentir ménos, se lamentaba 1a e terilidad
1
de las tierras despues del gran terremoto de 1687 ;
y
faltaban los brazos, costando un negro 500 pesos,
y
siendo áun así difícil conseguir lo indi pen ables
esclavos. ¡Castigo
pro~
idencial de la inhumana es- ·
peculacion, que queriendo ganar con el martirio de
sus
h~rmanos,
encarece
y
dificulta el trab,jo, en su
insensato afan de obtener us goces sin fatigas
:p
r–
sonales ! Algo iba ganar la produc ion agrícola·
con la exportacion del cacao
otros 'aliosos ar–
tículos, la que se facilitaba con el tráfico por el Cabo·
de Hornos. La agricultura
~1el
porv nir debia pro–
meterse mucho de la comí ion bot ni a, nviada por
el lV1onarea para estudiar la flora chilena·y peruana :.·
habiéndose descubierto. en la montañas de Gua-·
nuco la preciosa corteza de la quina, que principió
á
dar valor
á
posesiÓnes, poco ántés abandonadas . .
Toda.vía se basaban las mayores esperanzas de;