Table of Contents Table of Contents
Previous Page  144 / 418 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 144 / 418 Next Page
Page Background

(1'34

D. MANUEL AMAT Y JUNIENT.

Los crímenes de la cobranza excedian á los enor–

mes excesos del repartimiento. Al pago del primer

plazo alcanzaba apénas el precio del efecto, reven–

·did0 tal vez al mismo vendedor inicuo; para el se–

gundo se embargaban las cosechas, y para el ter–

cero y último, se remataban las tierras

6

ganados,

se deshacia la casa para rematar puertas, tejas ,

y

piedras, se confinaba al deudor en un obraje

6

en

una hacienda de caña; habiendo esperanza de co–

brar con el socorro de los suyos , se le sepultaba en

una cárcel más

6

ménos

incóm~da

y

distante. Cier–

to

Corregidor

constrtJ.yó

una en sitio muy húme–

do,

y

para aterrar

á

los presos, la llen6 de .saban–

·dijas y culebras; habria sido inmolado por la in–

dignada muchedumbre, si no se asilára·en la igle–

-sia y no dejára al prudente cura quemar su libro de

créditos. Al cobrar en las cosechas se falseaba la

·medida y bajaba el precio de los granos para re–

venderlos en seguida al pagador, quien los necesi–

taba para su propio sustento

y

se adeudaba más, to–

mándolos muy caros. Para especular con los ebos

se hacían pasar por machorras las terneras preña–

das. Una infeliz madre,

á

la que el marido habia

dejado una vaca para que se alimentasen con la le–

-che y requesones ella y sus cuatro hijos, imploró

en vano la piedad de los inhumanos cobradores,

y

viendo muerto el animal. que era la providencia de

su familia

y

al que no podia devolver la vida con

sus sollozos, espiró de dolor sobre él

y

quedaron en