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D. MANUEL AMAT Y JUNIENT.
veinte
y
cuatro años de eminentes
servicio~
en
América, le prometian el sosiego, la consideracion
·y
el bienestar al regresar
á
la península. Mas ha–
biendo pasado por la Habana,
y
siendo atacada
aquella plaza por la escuadra Íl!lglesa, fué encarga–
do de defenderla, como jefe de mayor graduacion,
y
se vió obligado á aceptar una capitulacion poco
honrosa. Esta imp;revista desgracia le hizo sufrir
al llegará su patria,
á
la que volvía ya viejo, las
privaciones de la confiscacion y las amarg-q.ras de
un largo proceso.
CAPÍTULO II.
.DON MANUEL AMAT Y JUN1ENT.
1761-1776.
El sucesor del Conde de Superunda había go–
bernado, como él,
á
Chile con gran crédito, de don–
de traía la reputacíon de orga.nizador activo, inte–
ligente; recto hasta el rigor, de una firmeza que
rayaba en tenacidad, y muy celoso de los intereses
públicos, sin olvidar la propia conveniencia. En
aquel reino había sostenido el fiel cumplimiento de
las leyes, áun resistiendo los errados conceptos del
Virey;
y
sabedor un dia, que estaban alzados los
presos, se fué solo
á
la cárcel; recibido
á
pedradas,
contuvo con su espada
á
lo.s delincuentes, y
á
las
veinte
y
.cuatro horas ahorcó
á
diez
y
siete. En el