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EL CONDE DE SUPERUND.A.
da con el estanco de tabacos, que, proyectado por el
Conde al principio de su gobierno, no pudo plan–
iificarse hasta 175.2, en que la reedificacion de la
ciudad estaba bastante adelantada. Al principio se·
arrendó una casa en 1.250 pesos,
y
se gastaron 4.00(}
en adaptada á sus nuevos usos; se estancó el taba-–
co en polvo, estableciendo 16 estanqu.illos y la ter–
cena para su venta fiscal,
y
se monopolizó despues·
la yenta del tabaco en rama, haciendo mayores
construcciones y consintiendo , sin embargo , qué
fuera de los establecimientos del Estado se fabrica–
sen cigarrillos. Aunque desde luégo _fueran gran–
des los gastos, y no escaso el contrabando; pronto
quedaron cubiertas las anticipaciones
y
se obtuvo–
un prodlJ.cto neto, cada dia más considerable. Estas·
ventajas animaron
á
extender el estanco
á
las pro-
,vincias y al reino de Chile con iguales resultados.
Con el producto de nuevos ramos, el aumento·
d~
tributos, quintos y derechos mercantiles, mejor·
administracion de las reritas
y
cobro de créditos ·
atrasados; la Hacienda, que en el Gobierno ante–
rior presentaba un déficit anual, y
á
causa de los
gastos extraordinarios de guerra se habia adeudado
en alg unos
m~llones
de pesos; atendió holgada–
mente á los gastos corrientes,
á
la dispendiosa co–
:mision de límites, al
cos~oso
sostenimiento de dos
fragatas de guerra enviadas por el Rey despues del
terremoto,
á
la no ménos costosa reparacion de las
ruinas,
á
·1a construccion del buque llamado
SAN