![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0064.jpg)
- 36 -
asentados porque los indios no sintiesen que se retiraban.
Como comenzaron a caminar, luégo fueron sentidos, vi–
niéndose sobre ellos con tan grande alarido, que algunos
españoles se comenzaron a desmandar para adelante más
de lo que era menester. Conosciendo H ernando Pizarro
que tales tiempos era tanto saber con orden retraerse,
como en otros acometer animosamente, teniendo ya los
enemigos a las colas de los caballos, volvía a ellos de
cuando en cuando haciéndoles ro tro, deteniéndo los
españoles en pasos malos, adonde algunas veces se apeaba
poniéndose en demasiado p eligro, animando a unos y
avergonzando
~
otros, hecho escudo de todo en la ma–
yores afrentas, hasta que los españoles tenían lugar de
pasar algunos pasos malos estrecho , tornándo e con mu–
cho tiento a juntar con ellos;
y
en alguna partes, donde .
era llano, volvía con tanta presteza sobre ello , que con
muerte de algunos escarmentaban lo clemá . Desta ma–
mera fué hasta llegar al segundo vado, donde, por ir el
río hondable, los dejaron de todo los indios, tan victorio–
sos que les paresció todo el mundo er poco para ellos.
A el Inga le pesó en gran manera de írsele Hernando
Pizarro, porque bien pensaba él ·que i a otro día esperaba
que no se le escaparía español ninguno ; e sin duda nin–
guna quien viera la manera de la fuerza no pudiera creer
otra cosa. Tuvo H ernando Pizarro en tanto poder salir
de allí sin perderse, como haber en otra parte victoria
contra cien mil hombres; porque crea V. M., que en se–
mejantes casos, adonQ_e caballos no pueden p elear, es la
gente del ,m-undo más ejecutiva. Est-a noche caminaron
tres leguas; otro día llegaron a esta ciudad, adonde supo
Hernando Pizarro que se hacían e venían gran número de
gentes a ponelle cerco, porque luego, como salía :fuera,
venían, pensando que hallando poca gente la tomarían