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Las promo as do Jacobo
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.acogida por el pais favorableµrnnte, ó mejor dicho on enlusia mo.
Cuanto ma vivo on lo temores, mas olicita se manifiestan la
pe–
rama . Lo tory dominaban en el parlamento ; la iglesia anglicana
o forzaba en hacer 'que el rey quedar.a comprometido
á
realizar su pro–
me a , manifestándose cada vez mas monárquica y mas adicta
á
su per_,
sona. Los disidentes columbraban probabilidade de tolerancia y de li–
bertad: Las buenas y las malas inclinacione , lo motivo honro o y lo
vituperables se adunaban para a egurar al monarca la sumí ion pacifica
casi servil del paf . En la córte y en el parlamento la mayor parte de
Jos hombre de importancia, escéptico y corrompidos so hallaban di -
pue lo
á
medrar por un medio desconocido, e to e , por el sa rifi io le
u opinione y de su honor.
En el pueblo estaba retenida la e plo ion de lo di gu lo
more por un profundo cansancio que e amalgamaba con 1 spiritn
monárquico, y con
'la
ubordinacion religiosa. Jacobo babia pasado a
la edad ele la juventud : sus hijas, única llerederas del trono , pertene-
ian
á
la comunion protestante poi· este moti\ o la nacion creia que 1
sufrir un- periódo de males, cuyo término debía irremi iblemento ser de
corta cluracion, era mas oportuno que aventurarse
á
correr lo ri go
de una nueva re olucion.
La faccione ardientes, los con piradores de profesion, lo ambicio–
so de esperado y lo proscritos que habían emjgrado
á
Holanda, no e -
taban ciertamente tan resignado , ni teniad tanto ufrimiento. Ape ar do
los ·omejo del príncipe de Orange que lo protegía contenía
á
un mis–
mo tiempo, intentaron por dos veces en E co ia yen Inglaterra promov r
imultánea revolucione bajo la direccion del conde de At-gyle y del du–
que de Monmouth. El pueblo manifestó en ambos ca o simpatla en fa–
vor de los revolucionarios, pero no tomó una parte activa en sus maqui–
nacione . El partido whig permaneció indiferente, y los tor s por el con–
trario pre taron todo su apoyo al monarca. La do tentativas fraca aron
us do jefes dejaron la cabeza en el patibulo sin e citar profundamente
la compasion del público que en realidad no se hallaba mu conforme ni
con ello , ni con su plane político .
Pero hasta Ja apariencia del triunfo es fatal á lo monarcas que
á
pe–
ar ele u debilidad se hallan comprometido en una lucha contra su
pueblo . Jacobo vencedor de u enemigo
obedecido por parte d
·u úbdito
abandonó
á
los i io d
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pr pía natural za : com-