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DE LA fiE\OLUCION DE 1 'GLATERRA.

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fue la de no asociarse ni

á

la politica ni ·al destino de tales nombres, ni

de tales instituciones; mantenerse lejos de sus errores

y

contratiempo ;

epararse en una palabra del parlameqto, mas sin dejar por eso de ser–

virle.

epararse era poco; Crolll\\ ell necesitaba ir creciendo en tanto que

los demás se gastaban ; previendo la ruina del parlamento

y

de sus jefes,

determinado á no volver

á.

caer con ellos, quería elevarse sobre su ruin.a.

Los grandes hombres de accion no organizan anticipadamente ni con

todos sus detalles el plan·que se proponen seguir. Su talento depende, si

asi puede decirse, de su instinto

y

de su ambician. Cada dia, cada nueva

circunstancia les traen á su vista los sucesos tales como son en realidad

y

les dejan vislumbrar el camino que les indican ,

y

las probabilidades

que por aquel camino pueden prometerse. Con estos antecedentes se lan–

zan por la nueva senda marchando siempre bajo una mi ma luz

y

lle–

gando .á ia distancia que les permite el nuevo horizonte que se abre de–

lante de ello . Cromwell se encaminaba á la djctadura sin saber

á

que

precio podría.llegar á ella, ni en tlonde se detendría; pero seguía mar–

chando constantemente.

El parlamento mismo vino

á

ofrecerle la situacion aislada ,

y

agena

del poder reinante quo Cromwell deseaba. La preseQcia de Cromwell en

Lóndres incomodaba

á

los intrigantes : pidiéronle que fuese á tomar. el:

mando del ejército que debía pacificar la Irlanda, insurreccionada en to–

dos sus puntos en favor de Cárlos Estuardo, ó hablando con mas propie–

dad contra el parlamento. Cromwell se hizo rogar. Fue preciso conce–

derle cuanto pidió, primero para sus muchos amigos por los cuales se·

tomaba grande interés

y

luego para él mismo. Exigía considerables

y

se–

guros medíos para conseguir buen re8ultado, tropas bien equipadas, bri–

!lantes honores

y

un poder indisputable. Afin de quepartiera cuanto antes,

el parlamento le concedió cuanto quiso pedir. Su partida fue solemne

y

magnífica. Predicáronse muchos sermones profetizando

y

pidiendo

á

Dios.

el triunfo de sus armas. El mismo Cruill\:vell usó de la palabra

y

oró eru

público tomando de la Biblia alusiones llenas de entusiasmo respecto de–

la

gu~rra

que iba

á

emprender. Finalmente salió de Lóndres rodeado de

una numerosa guardia compuesta de oficiales espléndidamente

equipados~

En Brístol, donde se detuvo antes de embarcarse fue objeto de la curio–

sidad de toda la gente de las poblaciones inmediatas que corrió presurosa

á verlo. Por su parte nada omitió, nada le faltó para exitar entusiasmo

y

dejar grata impresion al alejarse de la ista del público.