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~OnnE

LA l\EVOL CION llE INGLATERRA.

.

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comision e pecial que se daba á sí mi ma reglas, y

á

los acusado g:a–

rantía de la ley. Si se temía que las se iones de semejante tribunal exi–

íaran la cólera ó la compa ion del pueblo, se prohibía absolulamen'te su

publicacion. En casos dados ser ia no solo para

fi

calizar Ja conducta de

los hombres notables que se sometian á su jurisdiccion, sino hasta contra

la multitud oscura que no hubiera sido posible hacer comparecer. Antes

de proclamarse la república habian Jos marineros del Támesis presentado ·

una peticion para que se hiciera Ja paz con el rey.

Despues de haber sido este ejecutado el parlamento remitió aquella

peticion firmada al supremo tribunal que nuevamente acababa de insti–

tuirf:e para juzgar á ciuco de los principales jefes realistas, con cuya con–

ducta.se

conseguía llenar de terror

á

los pequeños al propio tiempoquese

hacia caer la cabeza de los grandes. Algunas veces no se consideró como

posible la inslitucion de esos supremos tribunales porque se temia que

causaran demasiada emocion en el público ó por el demasiado aparato y

lentitud de u procedimientos.

En tales casos el parlamento republicano ejercía por sí mismo la jus–

ticia imponiendo por medio de una simple votacion enormes mullas , la

argolla, el de tierra, ú otras penas capaces de abatir

á

un enemigo obs–

tinado, ó alllagar las pasiones

y

encubrir las faltas de alguno de sus co–

rife'os. i no había ningun medio de perseguir

y

condenar judicialmente

á

los horpbres que inspiraban temor, á los reformadores politicos que los

rnpublicanos no habían podido vencer ino espulsándolos del parlamento,

se empleaba contra ellos la detencion arbitraria, y se procuraba di per–

sarlos confinándolos en prisiones distante .

Desde Lóndres se hacían proscripciones en masa de realista ,.de a–

tólicos, de aventureros,

y

de todos los que inspiraban sospechas. Ja si

algun escritor no afe o á la república en vez de conspirar en secreto de–

nunciaba estrepitosamente al país por medio de la prensa las tropelía

reales ó supuestas de los republfoanos, no tardaba en ser conducido

y

en–

cerrado en la torre, donde permanecía y tal vez llegaba

á

moril' antes

l que se concluyera su oo.usa.

Tanta opre ion en el seno de tamaña anarqufa era al parecer tanto

mas odio5a

é

intolerable por dimanar de unos hombres que tanto habían

xigido del rey en materia de libertad

y

tanto habian prometido ellos

mismo , hombres, cuya mayor parte acababan de salir de aquellas con–

diciones ignoradas y oscuras en que el pueblo no e

aco lumbrada

á

recono er

y

respetar el poder upremo, que para el mando que

j

r-

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