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578

DISC

íl

O fll\EWllNAI\

cian tan iolentamenle no lenian ma Ululo que u m rilo p r onn.I ,

lí–

lulo dudo o uando no es uperior

á

toda ornpara ion

la fu rza ma-

l ria! de que

di~ponian,

Ululo ,que ofend

nag na

á

los mi mo c1u

someten

á

él, i anloriormenlo el vencedor no lo ha nvile ido

y

po.tra–

do por omplelo.

Apesar de la duplicada embriaguez del mando

y

del peligro mucho

de los jefes republicanos comprendian su ilua i0n

y

no ignoraban Ja opi–

nion del público. enllan e ai lado

y

on fr u n ia d preciados en m -

dio de su poder

y

sabido es que no ha poder que on u 1 del aisla–

miento ni que haga mirar on infü rancia 1

el

pr cio. De eaban con

ansia autorizar su d nomina ion on otros Ululo qu lo do la gurra ci–

vil

y

el regiciaio

y

levar e, por mediode algun a lo grad

y

na i nal

al nivel de su fortuna. Con est objeto meditaban pr paraban en 1

interior muchas reforma en In. parte judi ial

y

administrativa ; l ero su

planes mas importante , aunc¡u de un mérito ba lant dudo o n i mi -

mo, eran enérgicamente rechazados por muchos de lo hombres nolabl

del partido, porque tal vez comprendian que l jo de de pajar aquello

pro acto la situacion de la repúbli a, no habrian h cho ma que rear

nuevo obstáculo facilitando 1 acceso

á

lo sectario

y

á

los nive–

ladores.

lJe engañado los jefes republicano de qu ninguna medida n 1ré–

gimen interior podía dar! el pre ligio que le ha ia falla íljar n u p n–

samiento en lo e terior. o ra mucho el e fuerzo qu t nian qu ha or

ni el peligro

á

que e aventuraban para o tener n u

r~la

ion

on lo

demás gabinetes europ o la dignidad

é

intere de u patria. El tiemp

de las guerra religio as había a pa ado , el d la gu rra l olltioas aun

no había venido. ingl'lno de lo grandes gobi mo urop os, por muy

odiosa que le fuera la nue a república

pen~aba

aiil arla, ant por 1

ontrario todos olicilaban uami tad para privar de lla

á.

sus rivales,

ó

para convertirla en provecho propio. La simple neutralidad aseguraba

á

lnglaterra paz , completa independ ncia por lo tocante

á

sus·negocios in–

teriore

grande inO.uencia n los d 1 ontinente; pero eso no contentaba

á

los jefe del partido r publicano.

Hallábanse en presencia de tre poderosos estado

,

de Francia , de

E paña

y

de Holanda ; lo dos primero

,

como católicos monárquicos

eran enemigo naturales mas

ó

meno retenidos

ó

di frazadas d Ja nue–

' ªrepública; pero el último, como protestante

y

republicano, debía sen–

tir e inclinado á Inglat rra por todas la impalfa de la r ligion

la