404 / 472
5
6
DI
e
n·o
Pfil~LIMINAn
ion de Ja ley elccloral in duda para con eguir que con u lentitud r al–
lára el egoi mo de los intrigantes del parlamenlo,
ó
tal vez por no hab r
aun llegado
á
re olverse sobre el particular. ¿Por qué medios plau ibles
podía impeler al parlamento
á
di olver e? ¿Cuál· ería 1resultado de la
nuevas aleccione ? ¿Podría confiarse en que con ellas se con olidara el
nuevo gobierno? ¿Había dado buenos resultado el primer en a o que
acababa de hacer e de la república? No podría decir e que la monarquia
era mas conforme
á
la leyes,
á
la ostumbre .•
á
la
opinione~
y
á
lo
iolcre es
conslant~s
del pal ?Si este seguía d eando el i tema monár–
quico, mejor dicho , si lo necesitaba , ¿qu babia que hacer para volv r e–
Jo
á
dar? ¿En qué forma ? ¿Qué ola e de monarqula? romwell trataba
de resolver esas cue tione hablando de ella no olo n sus onver acio–
ne privadas con alguno hombres importantes, ino en conferen ia don–
de solía reunir varios oficiales del ejér ito,
y
alguno miembro del par–
lamento.
Nunca se daba por ati fecho del re ullauo de e a conferencias : lo
oficiala insistian en ser republicano ,
y
lo politico .emanife taban pro–
pen o á la monarqula en su antigua forma
y
acon ejaban á Cromwell
trata e de ballar medios para re Lablecerla. Entonces Cromwell interrum–
pia la di cu ion sin peijuicio de volver á renovarla á Jos pocos momento ,
manifestándo e flexible, pero siendo en realidad inexorable en su ambi-
ion , franco hasta la audacia para envolver
á
los demá en su proyecto
y
olapado otras vece ha la un e tremo rid!culo
á
fin de ocultarlo . El
provecho que de e
tas
maniobras acaba Cromwell era el comprometer
ma
y
ma al ejércilo en su lucha con el parlamento. El esplrilu cetario
era aun poderoso en el ejército yP.l e plritu militar e babia enérgicamen–
te
desarrollado.
La pa iones del fanálico y los intereses del oldado se habían com–
binado
y
e ostenian mútuamente: rom' eIJ sabia e piolar e a combina–
cion
y
e proponía emplearla contra el parlamento. ¡Qué injusticia que lo
vencedora no percibieran con puntualidad u m zquina paga, en tanl
que otro hombres que nada babian hecho
ni
nada habían sufrido fueran
os únicos que recogian el fruto de la icloria 1¡Qué impiedad el no pres–
tar la debida atencion
á
los con ejo· de los an!os 1Peticiones presentada
l or el consejo general de oficiales n nombre de todo el ejército
r~cla
maban con allivez el pago de los alra os, la reforma de lo abuso del
gobierno
y
la realizacion de las e paranza del pueblo de io .
El parlamento
á
u v z e irritaba , se d fendia devolvía el ataque,