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cámara per i tió, contra la voluntad de los lores en exigir del rey la
adopcion de lo tres bill ,
y
nada se convino acerca del lugar en que e
abrirían las negociacione .
e discutía con el con ejo
~imioipal
como e podrian verificar en
Lóndre , sin peligrar el rey ni el parlamento, uando llegó la noticia de
que los escoceses acababan de entrar en el reino ( julio) que Lamber-
to iba retirándo e de ellos. A pe ar de la amenaza de Argyle de la
fogo as peroratas de una Iarte del lero, Hamilton 11 gó por fin á poner
en marcha un ejército. Lejos e hallaba de corresponder á la primeras
proposicione del parlamento ; pue en ez de 4 ,
O
hombre , apenas
ontaba
14,000 ·;
la córle de Francia habia prometido munieion
ar-
mas y nada se babia recibido; el príncipe de Galle debia pasará Escocia
para tomar el mando,
y
se quedó en Holanda ; los caballero Langdal
y Mu grave no se habían reunido á sus aliado , porque rehusaron jurar
el pacto, Hamilton no habría podido in perder e con u propio partido
mezclar sus soldado con emejante infiele ; formaban pue un' cuerpo
aparado, que parecía obrar olo
1
or u cuenta,
y
que siempre e mant -
nia alejado de lo e cocase . Finalmente lo preparati os de Ilamillon ,
onlrá.riados por tanto obstáculo , no e. Laban terminado , ni e taban
omplelos sus regimientos , ni en buen estado su artillería, cuando
la. prematura esplosion de la insurreccion realista en Inglaterra vino
á
obligarle á apresurar su marcha : salió de E cocia mal pro isto , in–
quieto, par.eguido por las invectiva de una infinidad de fanáli os que
profetizaban la ruina de un
~jército ,
empleado, decian ello , n poner en
po e ion de su dere hos al rey antes que
á
ri o.
o meno conmovió á la Ingl¡tterra la n licia do la inva ion : nada.
pare ia poder e oponer : Fairfax taba aun detenido delante ol he r
Cromwell en Pembroke ; de manera que ap na comprimida la in ur–
reccion podia e tallar de nuevo. umáment embarazados estaban los
pre biteriano ; el mi mo pueblo, aunque bien di puesto para on ello ,
habia recobrado uantigua aver ion á lo ·e coce e , hablaba d ello con
in ulto, e acordaba de qu babian de antemano endido el rey que que–
rian ahora librar por lo tanto qu ria que ante d tod e arrojase d l
r ino
á
aquello ambicio o fal os contrario . La cámara baja lo d -
laró nemigo públi
, y traidor al que lo babia llamado ; n venla
diputado se opu ieron á semejante determinacion per sin calor ni áni–
mo : se llevó á la cámara alLa. Lo !ore volaron que era aece ario apr -
urar
1
neg1 ciacione. con
1
r ,
y
e
ta
vez obtuvieron lo presbiteria-