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51(3

111 TOfilA

que re rvado . in atrever e ninguno

á

so ton r una ón ersa ion par-

ticular. La mayor parle se

de~quitaban

hablando con u oonsejero ha–

ciéndole de e te modo aber sus de eos, exhortándole obre todo

á

acep–

tar prontamente y sin debate la proposicione del parlamento· porqu ,

decianellos, todo se ha perdido si la negociac.ionnoestá concluida y

!

rey

de vuelta enLóndres, antes que el

j

r ito y Cromw 11 tengan tiempo d

volver.

Cárlo creía sincero al parecer su con ejo

e demo.traba inclina-

do

á

decidirse; pero n

1

fondo do u corazon alimentaba muy diferenl

paranza: Ormond, eis me es ha ia refugiado en Parf , staba prepa–

rado para volver á pare r en Irlanda, provi to de dinero

y

muni ione ,

que la córle de Fran ia le habia prometido ; debía

á

u llegada de on–

cierto con lord Inchiquin, con luir la paz con los atólico , declarar al

parlamento una guerra vigoro a,

y

1

r

y

fugf1 ndo e enton e ncontrarla

un reino y un ejército : ((E

la

nue a negociacione · escribía él

á

ir \\ i–

lliamHopkin , encargado de pr parar u fuga, erán un objeto de ri a

como la otra · nada ha mudado on re pecto

á

mi designios.

La conferencias e abrieron oO ialrnente

1

1

de setiembre, ituado

1

rey bajo de un do el al último de la ala; d !ante de

1

á

poca di tan–

ia

·10

comi ionados de We trnia ter, entado alrededor de una me ;

detrá de u ilion, su on ejero , mu cerca

ilencioso · porque era

el rey en persona on quienqueria tratar el parlamento; .lod inlermedia–

nero le pare ia poco para u dignidad; en u puntual umi ion, lo o–

mi ionado

á

dura pena permitieron la pre en ia de algunos to ligo .

Cárlo únicamente ra quien o tenia la discu ion ; i lo ne esitala, ol

podía ir al apo enlo v c:no, informarse con u on

j

'ros. l ver d

aquella uerte á u rey abandon do

á

s1

mi mo, una secreta ompasion

ocupó los corazone · de los ircun tan te . Los cabello de árlo e habían

a ncanecido, la tri teza habitual de sus facciones o unía

á

la alti ez d

u mirada ; u ademan, su oz, todo su ser demostra a un orazon alta–

nero pero vencido, tan capaz de luchar contra su uerte, como de humi–

llar e, manife tando una ingular mez la de grandeza sin n rgfa,

y

de

pre. uncion sin e peraoza.

.

La propo icione del parlamento iempre las mi mas, se pto algu–

na poco importante modificacione , fueron leidas ' examinadas uce i–

vameote. árlo e pr tó voluntariament

á

u discu ion; manifi tánd se

o egad re pondiendo

á

lodo, n cnfadtmdosc por ninguna r

i

ton ía,

he

bit n man jar tod .

lo~

ardid

l'

l .. u au a, lleg .

á

cau.ar

admira ion