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H1
TOO.lAcito del parlamento, se separaron de 1, enarbolaron el estandarte real, y
ostenido con la in urreccion de lo caballero del alrededor, ieron toda
la provincia en poco día d clarada
á
su favor. Ca i al mi mo tiempo se
babia reunido el parlamento de E cocia ; Élamilton y lo reali ta , bajo
el nombre apariencias de moderado presbiterianos, habían prevalecido
en la eleccione ;
~n
vano rg le
y
la ma ardoro a porcion del tero se
esforzaban en a()echar u pasos; en vano omisioaado de Inglaterra
repartían en Edimburgo dinero y a'llenazas: circun pecto, humilde n
su lenguaje coa lo .fanáticos, pero decidido en su interior
á
favor d l
rey, el parlamento votó inmediatamente que se forma e una comi ion re–
.vestida del poder ejecuti o, el levantamiento de un jército de 40, 00
hombres, encargado de defender contra lo republicano
sectario al
pacto
y
á
la dignidad real.
Lo reali ta del Norte de Inglaterra solo esperaban esta señal para
decidirse; habia mas de un mes que su principales jefe , Langdale Gle–
nh~m
, Mu grave , tanto en público como en secreto , oncertaban con
Hamilton su plan de in urreccion. En Irlanda, lord Inchiquin, goberna–
dor de la provincia de Mun ter, hasta ontonce el ma firme apo o del
parlalllento contra los in urgente , iguió tambien por esta vez la ban–
dera del rey. Finalmente, al saber e n Lóndre e
ta
noticia , n la
cámara
la municipalidad , levantaron lo presbiterianos la cabeza
para encubrir u e peranza , hablaban mucho de u temore . n tal
John Everard vino
á
a egurar bajo juramento al con ejo municipal que
la noche anterior e tando él en u ama en la po ada de la Jarretiere n
Wind or babia oido en el apo ento v ino al u o
á
mucho oüciale , en–
tre ello al cuartel-mae tre general ro venor al oron 1
Ji:\
ers pro–
meter e mútuamente que a i que lo coce es pondrían un pie en el rei–
no, el
j
>rcito entraria n Lóndres, de armaría
á
todo lo ciudadano
exigiria un millon de libras e terlina , o pena de aqueo, obligaria
además
á
todo lo hombre de buenos entimiento
á
ali tar e en u
r gimiento . eguo decia Everard, abia ya Ireton e to designio .
Inmediatamente e .dirigió
y
envió una peticion
á
la cámara ; el
n ejo municipal pedia que la capital fuese repuesta en po esion de al–
guna atribuciones que le habían ido
quitada~
á
consecuencia de la úl–
tima edi ion· que el ej rcilo aleja e su cuartel gen ral que toda las
fuerzas de Lóndres lo arrabale fue en pue tas al mando do kippoo.
~
ta demanda fu eron otorgada al in tant ; al otro dia, 2 abril,
despue de una di u ion de la que no ten roo ningun fragmento,
Ja
á-