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DF. LA nEYOL c10;., DE 1 GLATEnfü\.

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Ilammond alió umamenle turbado y con la lágrima en lo ojo

pero n cambió nada de sus dispo iciones.

En esto lo comi ionado del parlamento llegaron

á

Westminster ;

apenas habían dado uenla de su iaje re ullado , cuando un miembro

ha ta ntonces de cono ido, sir Toma Wroth, e levantó en la cámara

de lo diputado (

5

nero 16 • ).

<t

eñor pre idente, dijo, Bedlam e

preparado para lo loco , el Toph lb para lo reye

(

1) ;

el nue tro obra

de modo que B dlam e el lugar único que le conviene; pido humilde–

mente que las cámara no se ctirijan jamá á él, yarreglen sin u onsen–

timiento lo negocio público . Poco importa la forma de gobierno qul:l

ellas establezcan, mientras no tengamos ni ctiablos ni reye .)) Ireton apo-

óal momento al preopinante.

et

El rey, dijo él, al rehu ar lo cuatro bill

lrn rehusado

á

su pueblo eguridad y proteccion; á no otro toca dejar d

bede rle arreglar in l el E lado.

ll

Admirados de tan imprevisto ataque, irritados ello mi mo de Ja ne–

o-ali a del rey, los pre blteriano. aparecieron un in tanta embarazado

y

tlmido ; mucho con lodo prole taron contra tal medida :

<t

doptarla,

dijo

la

nard

· disoh er mientra ub

i

ta en no otro el parlamento ;

uando lo re e han rehusado recibir su peticione

cuchar su

ú-

plicas, e han on ider d siempre tale acto orno la ma or iolacion de

u privilegio porque era di olverlo de hecho sin pronunciar u cti olu–

ion : y no otro pues i de idimo no recibir ningun otro men aje del rey

no le dirijimo ninguno , ¿qué Yamo á hacer sino declarar que no

pertenecemo a al parlamento?

n

La discu ion se alargó y acaloró ; lo

presbiteriano recobraron u confianza ;

h

cámara ba tante indi pue ta

con !lo de antemano e mo traba turbada · rom' ell se le anta

:

«

e–

ñor pr idente dijo , el rey e hombre de mucho talento, pero tan di i–

mulado fal o que no ha que fiar en

l.

Mientra que prote ta u amor

hácia la paz, trata á e condida con lo 1.:omi ionados de E co ia,

á

fin de

abi mar

á

la naciou n una nueva guerra. Llegó la hora en que

1

parla–

ment deb solo gobernar alvar el reino; lo hombre que derramando

u an

0

r o han d rendido de tanto peligro , o d fenderán aun con el

mi m val r fidelidad. o le induzcai

á

pensar, de preciando el velar

por

me

trl eauridad y la del r ino (que la u

que e les hace trai–

ion entreo-a al poder de lo enemigo que han vencido por o otro ;

(1) L mi ·mo qUt infierno Topheth es una palabra hebra que seihla por lo

comun unn co

·1

abominable.

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