![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0313.jpg)
DE LA REVOL CION DE 1 'GLATEnl\A.
305
mara decretó : 1.
º
Que no alLerarian nada de la le fundamental del rei–
i10
por lo tocante á un rey, lores, y diputado del pueblo. 2.
º
Que la
proposiciones ofrecidas al rey en Hamptoncourt s rian la base de la me–
dida que era menester adoptar para restablecer la tranquilidad pública.
3.
º
Que á pesar de la votacion del 3 de enero precedente, que prohibia
toda direccion al rey, todo miembro seria libre de proponer lo que le pa–
recería exigir la tranquilidad del pais.
Tres semanas ante CromweJJ babia previsto
y
procurado atajar
aquel de astre : en nombre de lo
jefe~
del ejército
y
del partido, babia
hecho ofrecer al consejo municipal volver á esta corporacion el mando de
u milicia , de la torre ,
y
poner en libertad á los aldermanes preso ,.
mientras ella se obligase
á
no hacer nada en favor d lo e coce es en su
próxima invasion ; pero fueron rehu adas u oferta . Obligado á renun–
ciar á toda especie de conciliacion, cuando vió tomar ánimo á lo pre -
biterianos en la municipalidad,
y
adquirir crédito en el parlamento, le
vinieron deseq de arriesgar un golpe decisivo.
Dirigióse al cuartel general, hizo convocar un con ejo de oficiales,
haciendo correr Ja voz de que el ejército marchaba sobre Lóndres, es–
pul
ó
á todo sus adversarios de la cámara; y finalmente en nombre de
la pública salvacion y de lo lJombres de bien tornó pose ion del poder.
Por un momento fue adoptada esta proposicion : con todo, un ataque
descubierto contra los derechos del parlamento, tanto tiempo ídolo
1
dueño del pais, admiró á
Jo~
mas atrevidos,
y
lo llenó de temor.
Fair~
fax que empezaba á inquietarse vivamente desechó las in tancia del
te~
níente general, que queria dar órdenés inmediatamen te;
1
proyecto fue
abandonado. Tras de este doble descontento, sospechoso
á
unos por su
tentativas de conveniencia, á otros por la violacion de sus deseo , inca–
paz Cromwell de suportar la inaccion
y
la duda, re olvió dejar inmedia–
tamente á Lóndres, combatir á lo insurgentes del Oeste,
y
recobrar con
la guerra el ascendiente que se le iba es apando.
·
Poco le costó obtener de la cámaras esta mi ion ; mientra hacían
su preparativos las tropa que le debían acompañar, se quejaba un dia
con Ludlow de su situacion, e plicando lo qne habia hecho poi· la cau a
comun, los peligros
y
odios que babia d.espreciado, tachando de ingrato
á
lo de su partido. Ludlow a ogi6 u quejas, le manifestó á su vez
cuantos moLivos
y
pretestos l!abia dado para desconfiar de él; le precisó
á
poner coto
á
sus intrigas
y
miras arnbioiosas,
y
bajo e ta condicion le
prometió el in ero apoyo de los republicano : Ludlow quedó encantado
1
I
1
1