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DE LA REVOL CIO
bE INGLArnIHIA.
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Cárlo á pe ar de su angustiosa situacion, no tenia ningun deseo de
sancionar e to bilis ni de reconocer de e·a manera la legitimidad de la
guerra que él había oca ionado; pero sabia que los comisionados escoceses
las habían combatido con energia, que manifestaban al mismo tiempo un
amargo resentimiento por el desprecio que hacian las cámaras de sus re–
presentacione ; acababa de recibir de ellos al tiempo mismo que las car–
tas de Berkley una secreta invitacion de rehu ar tan ofensivas proposi–
ciones, prometiéndole dirigir e ellos mi mos á la isla de Wight para tra-.
tar con él en nombre de la E cocia, bajo mejores condiciones. <(Es preciso
e perar, dijo á Berkley cuando e tuvo de vuelta; quiero probar fortuna
con los e coceses antes de dejar el reino; si me veían fuera de las manos
del ejército, exigirían mas.
n
Los lores Lauderdale, Lowden yLanerk, llegaron en efecte al castillo
de Carisbrooke casi al mismo tiempo que lord Denbigh y sus cinco cólegas
comisionados de Westminster. La negociaciones entabladas antes en
Hamptoncourt e renovaron inmediatamente entre ellos y el rey, con
gran ecreto, porque solo habían venido, segun decian, para protestar en
us mano de las intenciones del parlamento. En dos clias quedó el trata–
do concluido, redactado, firmado y escondido en un jardin de la isla, es–
perando el momento de poder manifestarlo sin peligro. En él se prometía
al l't3Y
'in.
intervencion de un ejército escocés para restablecerle en sus jus–
to derecho bajo la condicion de que confirmaría por tres años el régi–
men presbiteriano en Inglaterra, aunque dispensado de éonformarse él y
los suyo , que en aquel término la asamblea de los teólogos consultada,
arreglaria definitivamente de concierto on las do cámaras la constitucion
de la igle ia. Mucha estipulaciones en
prov~cho
de la Escocia,
y
de las que
debía
ofender~e
altamente el honor ing·les acompañaban e ta genaral con–
cesion. e convino, entre otra co as, que con el apoyo del ejército esco-
és e sublevarían los realistas en todo el reino; que Ormond volvería
á
tomar en Irlanda el mando del partido leal aÍ trono ; que el rey en fin
luego e rehu adas la cuatro propo iciones, se evadiría de la i la para
la frontera de E cocia, pa ando á Berwir,k
ú
otra cualquiera plaza, para
esperar en libertad el momento de obrar.
rreglada a i las 'Osas, Cárlos hizo decir á los comisionados del
parlamento, que e taba pronto á darles su re puesta. Babia re uelto, co–
mo tre año ante de la negociaciones de Oxford, remitirla sellada, te–
miendo que in truidos de su negativa
y
quizá de sus proyectos, no toma–
sen ontra 1medida que todo lo desbaratarian. Pero lord Denbigh rehusó