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111 TOlllA
y quizás aun anLl:l de maruhar el rey; en conürmacion do e to corrió la
voz de que en efecto el dia
11
e babia relajado la vigilan ia de [a guar–
nic1on deBamptoncourt, que se habían retirado entinelas de lo pue -
to que e aco Lumbraban cubrir. No tardaron en llegar cartas de llam–
mond, informando á las cámara de la llegada del rey, protestando
11
obedieno:a en el ervicio
y
pidiendo in trucciones. Con todo no e di ipa–
ron todos los temore : Cromwell tenía tambien cartas de Ilammood ,
pues Lodos los adicto al parlamento cr ian deber instruirle y on ultarl
en toda oca ion : dió cuenta de su ·ontenido á toda la ámara con
una alegría, que causó admiracion á lo menos confiados Juzgánt.lola co–
mo síntoma alarmante de algun acontecimiento ó esperanza que en vano
intentaban penetrar.
Apena habían tra currido dos dias, uando inspiró ma grnve· re–
celos
á
sus enemigo . El
15
de noviembre era el dia señalado en
1
on–
dado de Hertfort para la primera rennion del ejército que se babia d
tener en Ware c9n el objeto de poner fin
á
sus disensione . Cromwell
fu ·
allá con Fairfax , acompañados de los oficiales mas adictos. iete regi–
mientos solamente e taban convocado · y e tos eran preci amente los que
había meno exaltado y cuya disciplina era ma fácil re tablecer. ontá–
base con la surnision para intimidar
á
los demá ,
ó
con
tr
ejemplo para
sosegar
á
los mas furioso . Pero al llegar al llano de Ware, lo generales
se encontraron con nueve regimiento en vez de ios siete convocados ; los
Je la cub llería de Harri on
é
infantería de Robert Lilbnrne, babian ve–
nido sin órden yen tropel impelidos por la ma violenta fermentacion. El
último había eparado á todq us oficiale de ubtenienle arriba á e cep–
cion del apitan Brayque lo
manda~a ;
lo soldados llevaban todo en el
sombrero un ejemplar del folleto titulado :
Voto unánime
·on esta
fo -
cripcion : «Libertad
d~
Inglaterra¡ derecho tle lo oldado .
l>
Acada instante, y como i una voz comun lo guia e, resonaban su
gritos por la llanura : Rain borough, Ewer , colt, el mi mo John
Líl–
burne, autorizado hacia pocos dia por la cámara con motivo de susalud
para salir de la torre cada mañana, las recorria á caballo pa ando de
batallon en batallan, e citando á lo m animoso , tratando de débile
á
lo motlcrndo·, repitiendo indi tintamente que ya que tenían la e pada en
la mano , estaban obligado en conciencia á.servir e de ella para a
e–
¡surar del tod y para siempre la libertad de u patria. En medio de aquel
tumulto, Fairfax, Cromwell,
y
su e Lado ma or se adeiantaron hácia lo
r gimientos mas pacíficos : y le fue l ida en nombre del con ejo g n ral