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UlSTOfllA
e habia difundido la voz de que llegaba el rey, mucho habitantes ''ola–
ron
á
su encuentro : al atravesar las calles de Newport, una mujer jóven
e adelantó
á
él,
y
Je entregó una rosa colorada, abierta
á
pe~ar
del
rigor de Ja estacion, orando en alta voz por u libertad. e le a eguró
qu~
la poblacion entera era de u partido , que en el mi mo castillo d
Cari brooke solo habia de guarnicion doce soldados viejos en buena di -
posicion,
y
que siempre que quisiese podria facilmente vadir e de 1.
Lo temores de Cárlo e mitigaron poco
á
poco y al amanecer cuando
desde las ventanas del ca tillo contempló el ri ueño e pectáculo que le
ofrecian mar
y
tierra, cuando respiró el aire de Ja mañana, cuando
vió
á
Hamrnond manifestarle su re peto, y le prometió la entera libertad de
pasearse
á
caballo por toda la i la, de guardar us criado
recibir
á
quien le acomoda e, se tranquilizó u alma :
«
obre todo, dij
á
bbur–
nbam, e te gobernador s muy cort s, aqui estoy al abrigo de lo agita–
tadore ; segun creo solo tendré que aplaudirme de mi re olucion.
n